El tomar protesta como gobernador del estado y posesión de su cargo, Juan Sabines Guerrero dijo no tener compromiso con grupos o facciones en Chiapas y que su único compromiso es con los que menos tienen por lo que trabajará a la par del presidente Felipe Calderón Hinojosa, a quien le reclamó un trato justo para la entidad.
En este escenario, dijo, sobre el conflicto armado y el EZLN, que: “el silencio de sus armas no es el silencio de su causa”.
Sabines Guerrero, un político hijo del exgobernador más popular de Chiapas, Juan Sabines Gutiérrez y sobrino del poeta Jaime Sabines, con no más de 10 años de residencia en Chiapas fue líder municipal, diputado local y alcalde por el PRI, pero hoy se convirtió en gobernador constitucional impulsado por una alianza del PRD, PT y Convergencia que ganó las elecciones de forma polémica ante el tricolor el pasado 20 de agosto.
“No tengo compromisos con grupos o facciones. Me siento comprometido solamente con Chiapas. En consecuencia, nadie, ni por enemistad, ni mucho menos por amistad, me conduciría a desvíos de conducta a cambios de propósitos. Tengo solo una tarea, que cumplirle: la de hacer crecer a Chiapas y la de conseguir para sus hijos una vida a la altura de su dignidad”, dijo Sabines Guerrero.
En su discurso dijo que Chiapas hoy le aporta al país el valuarte de la paz social, de la gobernabilidad, por eso no se tiene crisis de identidad,: “al margen de diferencias ideológicas, estamos con México y con su Presidente y con él apostamos el desarrollo del Estado”
“Señor Secretario de Gobernación, sea usted el conducto para informarle al Presidente Calderón que Chiapas seguirá por el camino de la legalidad y su único reclamo ancestral es un trato justo con la Federación”, dijo el nuevo gobernador.
En su discurso ante embajadores y representantes de otros países centroamericanos, Sabines dijo que Chiapas es una sociedad de enorme riqueza humana, que aquí se han desarrollado civilizaciones milenarias, pero que es también es una de las entidades más pobres de México, a pesar de su riqueza natural y social.
“México no se entiende sin Chiapas y es necesario que las aportaciones de nuestro Estado, en petróleo, electricidad, agua, entre otros, tenga una respuesta solidaria por parte de la federación”, dijo Sabines.
Señaló que a lo largo de los seis años venideros, su administración trabajará decididamente con el nuevo gobierno federal que encabeza el presidente Felipe Calderón, para que, “con pleno respeto a la soberanía de Chiapas y sin renuncias ideológicas, unamos esfuerzos para abatir rezagos y dar más oportunidades a los chiapanecos”.
Dijo que confía en las palabras del Presidente y que espera trabajar junto a él para todos sin importar colores, pues Chiapas necesita que se le reconozca la importancia que tiene para México y que este reconocimiento se traduzca en una cooperación efectiva y productiva con la federación.
Sobre el conflicto armado en Chiapas y el EZLN, Sabines Guerrero reconoció que nada hay detrás de él, en su biografía, que le haya procurado algún acercamiento con el EZLN, pues sólo desde lejos ha visto el movimiento: “mi declarada simpatía carece de hechos que la respalden; sin embargo, entiendo que mi nueva responsabilidad me aproxima a sus afanes y propósitos”.
Recordó que aquel primero de enero se marcó una nueva etapa en la historia de Chiapas y de México, y que esa fecha marca el inicio de un movimiento popular harto de las injusticias se lanzó a las armas y puso en el escenario nacional e internacional el tema de los indios.
“Sé de ellos lo que han dicho y se ha dicho, lo que han hecho, lo terrible que sucedió hace más de 12 años, y lo bueno y lo malo que por caminos de encuentros y desencuentros ha seguido ocurriendo”, dijo Sabines Guerrero.
Señaló que ante ese conflicto su gobierno deberá proceder con mesura, con sentido de la realidad: “mis palabras no pueden dar lugar a equivocaciones, ni menos aún propiciar interpretaciones sesgadas que pongan en entredicho mi buena fe. La significación del EZLN es tan vasta que jamás pretendería valerme de ella para darle notoriedad a la gestión que comienzo”.
Sabines dijo que su posición ante el EZLN es respeto, un respeto profundo por su valentía moral, por la hondura de sus reclamos y disposición manifiesta por hacer cuanto sea preciso para el fortalecimiento de un clima que propicie los acuerdos de las partes directamente involucradas.
“Busco el inicial beneficio de la duda; con hechos honraré lo que aquí he manifestado: trataré de mantener una conducta que acredite sin lugar a dudas lo siguiente: las partes del conflicto son el EZLN y el gobierno federal, sí, desde luego, pero Chiapas, mi estado, es la población y el territorio de su epicentro”, dijo el gobernador chiapaneco.
“Quede aquí constancia de mi primer saludo como gobernador del estado al proyecto esperanzador, a la desafiante realidad del zapatismo. El silencio de sus armas no es el silencio de su causa. Representa la nueva etapa de su lucha, más amplia, más de fondo, más asociada al común anhelo de los mexicanos por vivir mejor sin romper la concordia y que en su afán de que les vaya bien en la amplia vía de la política, ahí, van a encontrar siempre la voluntad de mi gobierno”, indicó.
Sabines hizo algunas propuestas legislativas, de reformas y programas sociales. Dijo que éste será el sexenio de las mujeres, porque muchos de los apoyos serán hacia ellas a través de los microcréditos y otras reformas legales que la protejan contra la violencia.
Propuso un decreto de acuerdo de austeridad como el que impulsó Calderón, pues sin decir, porcentajes, reducirá los sueldos y salarios de los servidores públicos desde mandos medios hasta superiores, que el resto de la burocracia y policías seguirán igual o tendrán aumento.
Propuso darles 500 pesos mensuales a las personas mayores de 64 años; propuso despenalizar la difamación y la calumnia, solo “para periodistas” y otros programas de apoyos a las, mujeres, jóvenes y niños, así como a los sectores más desprotegidos.
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