La alarma del reloj marca las 05:00 am, momento para que Genaro de 14 años de edad, el penúltimo de doce hijos, se dé cuenta que ha llegado el momento de interrumpir el sueño; lavarse la cara, rajar leña para que su mamá haga la fogata, beber un sorbo de café con tortilla y cargar la mochila para iniciar una larga caminata que, junto con sus amigos y compañeros emprenden, como todos los días de clase a la escuela Telesecundaria “Sor Juana Inés de la Cruz”, mientras eso pasa los niños de las familias más acomodadas y mejor posicionadas en el estrato social Chiapaneco, aún permanecen dormidos.
El camino de aproximadamente 6 kilómetros que lo conduce desde su comunidad hasta la Escuela resulta a la vez bello y desafiante, al encontrarse a los márgenes de la reserva de la biosfera Montes Azules, da lugar a hermosas postales, una densa neblina cubre los montes de lo que alguna vez fue una espesa Selva, los pájaros cantan alegremente y la humedad propia de la geografía del lugar se siente en todo el cuerpo, así mismo se desafía a la suerte de encontrarse cara a cara con una Nauyáca(Brothropsasper.) o encontrarse con un río caudaloso que crece en época de lluvias y la pequeña balsa que sirve para cruzarlo corra el riesgo de volcarse y truncar el viaje.
La rutina diaria no les permite a los estudiantes medir el peligro y lo único que pasa por sus mentes es llegar temprano a clases. En la caminata, los muchachos bromean y la “camaradería” entre ellos se percibe, esto minimiza el cansancio en las piernas, olvida la sed, espanta los mosquitos y el viaje que parecía ser pesado, resulta ameno.
Una vez cruzado el río, se dan el tiempo de lavarse los pies y quitarse el lodo en las piernas que reflejan la hora y media de camino, aún se toman el tiempo para ponerse el gel en el cabello, ya que a la edad que tienen, la apariencia también es importante; sacan y se colocan la playera que los identifica como alumnos de la telesecundaria y ven ya muy cerca la hora de entrada.
Sólo resta caminar 1 kilómetro sobre la carretera fronterizaque, contrastan con los 5 kilómetros de senderos y potreros ya recorridos, hasta que al fin se divisa a lo lejos las primeras casas del Ejido Ixcan y entre ellas la Escuela Telesecundaria. Suspiran y dicen: “hemosllegado”. Paradójicamente son los primeros en llegar, aunque también en diversas ocasiones argumentan: “profe, no me dio tiempo de hacer la tarea”…
La historia de estos estudiantes es similar a la de cientos de niños tanto Chiapanecos como Guatemaltecos, que, en condiciones desfavorables asisten a escuelas públicas, las cuales actualmente se encuentran reducidas en recursos y apoyos tanto municipales como estatales, muchas de ellas laboran insalubremente debido a la poca infraestructura con la que cuentan, ubicadas dentro de la zona fronteriza que abarca los municipios de Las Margaritas, Ocosingo, Marqués de Comillas y Benemérito de las Américas, así también es el reflejo de una sociedad desigual y de un modelo económico que excluye a ciertos sectores de la sociedad.
Nosotros luchamos no sólo contra un sistema injusto,
sino también contra un sistema que nos asigna el papel de culpables del rezago educativo
Pensamos que éste es el momento de construir un lugar digno
y servir como maestros rurales que somos,
a la construcción de un estado nacional en un México más justo y más solidario.
Marlyn Mendoza Sáenz