El trabajo “El Uso y Abuso de los Recursos Públicos” tiene un fascículo dedicado al tema ¿qué tan bien gastan las procuradurías estatales los recursos públicos? El estudio se basó en estadísticas de averiguaciones previas y consignaciones del 2003 al 2008 y de ahí se desprende:

La mayoría de las procuradurías trabajan bastante, pero producen poco.

Los ministerios públicos estatales y de la ciudad de México tienen como principal característica que el número de personas que laboran es excesivo, creciente y mucho mayor a equivalentes internacionales.

La vieja fórmula política, de utilizar las plazas burocráticas para intercambiar apoyos o favores, sigue vigente en estas instituciones.

Mantienen las viejas prácticas autoritarias y opacas, pese a los cambios democráticos y alternancia de poderes que se han dado en algunas entidades y el gasto público lo aplican con discrecionalidad, exceso y arbitrariedad.

Sobre el delito de homicidio en todo el país sólo se consigna a los responsables en 35 por ciento.

La probabilidad de que un homicida quede impune en Tlaxcala, Oaxaca, Estado de México o Chiapas es mayor a 80%, porque el aparato de procuración de justicia no sólo es caro, sino también bastante ineficaz.

En cuanto a la consignación por robo en 26 de 32 entidades, la tasa es de 25%, es decir, por cada robo simple se consigna menos de uno y sobre lesiones en 25 de 32 entidades se consigna a menos de 25 por ciento.

Las procuradurías de Campeche, Nayarit, Jalisco, Querétaro, Coahuila, Sinaloa, Aguascalientes, Zacatecas, Michoacán y Baja California Sur están entre las más eficaces.

Los de eficacia moderada: Colima, Sonora, Yucatán, Distrito Federal, Veracruz, Baja California y Chihuahua.

Los más ineficaces son Puebla, Estado de México, Chiapas, Guerrero, San Luis Potosí, Oaxaca, Durango, Tamaulipas, Tabasco, Quintana Roo, Guanajuato, Nuevo León, Hidalgo, Tlaxcala y Morelos.