Carta a una madre injustamente encarcelada en Chiapas


10 de mayo de 2011




Arquitecta Socorro Domínguez Aguilar

Centro de Readaptación Social para

Sentenciados número 14.

Cintalapa, Chiapas.


Querida Socorro:


En esta fecha que se celebra el día más importante en millones de hogares mexicanos, queremos que sepas que estamos contigo además de tu familia, tus amigos y ex compañeros de trabajo. Sabemos que por tu ausencia hay un intenso dolor en tu familia y que todos compartimos. Es el dolor de tu ausencia temporal, porque sabemos que muy pronto regresarás a casa. Es un dolor producto de una gran injusticia: la que nace de la mentira, la maldad, la ausencia de valores y la sin razón.


Desde el 29 de abril pasado, una manipulada y desaseada acusación de desvío de fondos del programa de reconstrucción de vivienda por el huracán Stan te roba horas de trabajo, plenitud, y amor. Tu familia, amigos y conocidos podemos constatar que sigues viviendo en la medianía que te proporcionan los ingresos familiares, producto del trabajo de todos los días. Los ficticios recursos de los que te acusan sólo existen en la mente de nuestros detractores.


Para bien de los tuyos y mal de los infames, conocemos tu fortaleza y dignidad. Esos atributos que pusiste con todo empeño cuando se necesitó y fueron decisivos para iniciar los trabajos de reconstrucción en el menor tiempo posible. La atención del desastre requirió de sacrificios personales, de confianza, disciplina y autocontrol de todos cuantos participamos en el proceso en el que fuiste un elemento central. Porque te vimos trabajar, sabemos que enfrentarás con integridad la dura prueba que te han puesto, quienes ni idea tienen de tu aportación durante los meses que viviste en la zona de desastre.


Mientras tu progresas, tus acusadores se empequeñecen. Tu creces en dignidad, ellos en miseria humana. Demuestran que lo único grande en ellos son sus resentimientos.

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Mantén el ánimo, la fe y la certidumbre de que la verdad, la razón, la rectitud y la decencia están de tu lado, de nuestro lado y no son valores de tus inculpadores.


En este día tan especial te abrazo con mucho cariño.


Pablo Salazar Mendiguchía


PD. Querida Coco, no estás sola, jamás lo has estado. La lucha qaue estamos dando, es por ti, por nuestros hijos y por el gobierno al que orgullosamente perteneciste. ¿Con qué cara veríamos a los ojos a todos ellos, dando por válida, con nuestro silencio, la acusación de los cobardes?. No descansaremos hasta verte en libertad.