Gloria Arenas: la discriminación y la violencia contra la mujer son una “práctica cultural heredada de la organización patriarcal con la que hay que terminar”

Comandanta Zapatista: las mujeres indígenas vivimos una triple opresión: “por ser mujeres, por ser indígenas y por ser pobres”

Por Raúl Romero

Especial para The Narco News Bulletin

10 de marzo 2009

Juro no hacerme cómplice,

ni por el silencio,

de los egoístas y de los poderosos.

J. L. Borges

Oventic, Chiapas, México 7 y 8 de marzo de 2009. A veces en grupos, a veces solas, cientos de mujeres de todas las edades fueron llegando el pasado 7 de marzo al caracol de Oventic para participar en el Evento político, deportivo, artístico y cultural Mama Corral. También estábamos unos cuantos hombres, pero éramos una evidente minoría. 

En la entrada cerca de cincuenta mujeres con pasamontañas constituían la brigada de seguridad. Ellas nos pedían nuestras identificaciones, nos registraban en sus listas y luego nos daban la bienvenida al Caracol.

 En los primeros metros nada parecía haber cambiado desde el pasado 1 de enero cuando festejamos el aniversario número quince de la aparición pública del EZLN. Pero mientras más nos adentrábamos nos percatamos que se habían acondicionado una cancha de fútbol y otra de voleibol; además de la de básquetbol que ya existía.

 Allá estaban mujeres representantes de los cinco caracoles, adherentes a la sexta declaración de la Selva Lacondona en México y el mundo; así como mujeres de otras organizaciones.

 Más de medio centenar de equipos deportivos, todos compuestos por mujeres, participaron en el evento representando a sus municipios u organizaciones. A diferencia de los encuentros pasados, donde la convivencia se dio en asambleas o reuniones, en esta ocasión las mujeres de México y el mundo convivieron con las mujeres zapatistas en canchas deportivas. Al final, casi todos los equipos ganadores fueron los representantes de los municipios autónomos.

 No faltaron las actividades culturales, pues para los zapatistas la construcción de un mundo diferente pasa por la formación integral de todos sus miembros, desde el deporte, la educación y las artes. Así, obras de teatro con títeres, canciones, poemas, bailables y mensajes fueron presentados.

Hasta Oventic llegó la voz de Gloria Arenas Agis, presa política en la prisión de alta seguridad de Almoloya de Juárez, quién envió una grabación en la que leía un texto titulado “¿Cuánto vale la vida de una mujer”. En esta grabación Arenas Agis hizo un recuento de las distintas formas de discriminación y violencia que contra la mujer se ejerce en varios lugares de México.

 Gloria narró como una ocasión, estando en la Sierra de Zongolica, presenció una asamblea en la que se discutía el destino de un joven que había violado a una mujer. Durante la agresión, el joven rompió las cubetas en las que la chica llevaba agua a su casa. El resolutivo de la asamblea fue que la familia del agresor repusiera las cubetas a la familia de la agredida. De esta última, no se dijo nada. Continuó contando los casos de Sally Grace (activista asesinada en septiembre del 2008), las muertas de Ciudad Juárez y Ernestina Ascensión.

 

Gloria hizo hincapié en su mensaje sobre cómo dentro de muchas organizaciones de izquierda a diario se ejercen formas de discriminación contra la mujer, discriminación que en muchas ocasiones se ha materializado en violencia física y llamó a la congruencia. Por este motivo, señaló Arenas Agis, es importante reconocer que la violencia de género no es sólo un problema de clase, sino una “práctica cultural heredada de la organización patriarcal con la que hay que terminar”.

 Entre los y las asistentes al encuentro pudimos ver a dos de las hijas de la homenajeada, Doña Concepción García de Corral; Mamá Corral para los zapatistas. También nos encontramos con Magdalena García Durán, indígena mazahua expresa política detenida durante la brutal represión en Atenco. 

En el comunicado firmado por el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, se expresó que esta conmemoración buscaba recordar a las trabajadoras textiles de la fábrica Cotton de Nueva York que en 1908 murieron quemadas mientras se encontraban en huelga exigiendo mejoras en las condiciones laborales. De igual forma dijeron que con este evento querían recordar a las mujeres que desde 1994 han sido desparecidas, encarceladas o perseguidas por el mal gobierno, “a nuestras compañeras de lucha quienes han caído en el cumplimento de su deber y otras han fallecido por alguna enfermedad. Pero a todas las tenemos presente y tratamos de seguir su ejemplo.” Es decir, para todas las mujeres que han dado su vida por un mundo nuevo y libre.

 Nos contaron como las condiciones y la injusticia en que vive la mujer actualmente son insoportables; pero agregaron que las mujeres indígenas viven una triple opresión: “por ser mujeres, por ser indígenas y por ser pobres”. 

Por eso, el primero de enero de 1994 las mujeres zapatistas también gritaron ya basta, y decidieron organizarse para luchar en “la política, en lo militar, en lo económico, en lo ideológico en lo cultural y en lo social”, una lucha que no ha sido fácil, pero que a quince años del la aparición del EZLN ha dado ya varios frutos.