Miguel Angel de los Santos Cruz
El documental “Presunto Culpable” puede también filmarse en Chiapas. La historia (el guión) es aún más dramática que la historia narrada en el documental recientemente censurado. De hecho, la historia de Chiapas es una historia de presuntos culpables, de detenciones injustas, arbitrarias, detenciones con pruebas fabricadas, historias de inocentes presos. Vea si no.
Ciro Díaz Pérez, indígena zotzil, fue detenido el pasado día sábado 5 de marzo del presente año en la cabecera municipal de Pueblo Nuevo Solistahuacán, y de ahí trasladado a Centro Estatal para la Reincersión Social número cinco, de San Cristóbal de Las Casas. La familia no comprendía porque lo habían detenido y menos que lo trasladaran a San Cristóbal. Decían que porque Ciro había mentido sobre su fecha de nacimiento. “Es que dijo que nació el 33 de enero, por eso se lo llevaron”, decía su esposa y madre de 6 menores.
Ciro, de 33 años, fue puesto a disposición del Juez Primero Penal para delitos graves por el delito de homicidio cometido a dos personas. Esto no lo supo sino hasta el lunes 7 de marzo a las 13:00 horas cuando se le escuchó en declaración preparatoria.
En junio de 2002 ocurrió el homicidio de Diego Gómez Gómez, de la comunidad La Candelaria, municipio de San Cristóbal de Las Casas. El homicidio se cometió en la comunidad Nuevo Guerrero, municipio de La Concordia. Cuando las autoridades y demás habitantes de La Candelaria se enteraron del lugar en que fue asesinado Diego, se trasladaron al lugar para recoger el cadáver e investigar quién o quienes le habían dado muerte. Entre las autoridades iba una persona de nombre Ciro Díaz Pérez, secretario del Comisariado Ejidal de La Candelaria, que además condujo una camioneta con pasajeros hacia Nuevo Guerrero. Estas tres líneas constituyen los elementos de prueba tomados en cuenta para girar una orden de aprehensión y para detener ahora a un inocente, cuyo problema es llamarse Ciro Díaz Pérez.
Resulta que los de La Candelaria lograron información sobre los supuestos homicidas de Diego, y detuvieron a cuatro personas; sin embargo, en el camino golpearon hasta dar muerte a dos de ellos. Es en ese doble homicidio que se involucra a Ciro.
Ciro, el presunto culpable, nunca ha estado en La Candelaria, ni siquiera en San Cristóbal; tampoco ha tenido una camioneta, y mucho menos conoce a los involucrados en los hechos de La Candelaria.
Ciro, el presunto culpable, ha aportado acta de nacimiento, credencial de elector, así como acta de nacimiento de todos sus hijos, para demostrar que su lugar de residencia siempre ha sido Pueblo Nuevo Solistahuacán, y que, por lo mismo, no pudo haber tenido cargo en el Comisariado ejidal de La Candelaria. Sin embargo, no ha sido suficiente para dejarlo en libertad.
Ciro, es presunto culpable porque ahora tiene que demostrar que es inocente. Es presunto culpable porque no se ha considerado a su favor el hecho de que no exista ningún dato descriptivo de su homónimo, la persona involucrada de La Candelaria. Es presunto culpable porque el derecho a la presunción de inocencia es letra muerta en la práctica de los tribunales.
Toda persona se considera inocente hasta en tanto no se demuestre con pruebas y más allá de toda duda razonable su culpabilidad. Así reza el derecho humano, previsto en la mayoría de las instrumento internacionales en la materia, en las constituciones y en las leyes procesales penales. La realidad es que todas las personas son consideradas culpables hasta en tanto demuestran que son inocentes, y esa es la situación de Ciro Díaz Pérez.
El próximo día viernes 10 de marzo, dentro del expediente penal 302/2002, el Juez resolverá la situación jurídica de Ciro. Podría ponerlo en libertad si se convence del problema de homonimia, o bien podría iniciarle un proceso, que podría durar un año, si no admite el error e injusticia cometida.
Pero Ciro no es el único presunto culpable en Chiapas. De hecho nuestra entidad podría alcanzar mayor fama y llegar a los festivales donde premian la mejores películas y documentales si se filmaran las historias de presunto culpables. Si se filmara la historia de Caralampio Gómez, hoy preso en El Amate, si se filmara la historia de Horacio Culebro Borrayas, de los 25 presos indígenas de Pueblo Nuevo Solistahuacán, de los presos de La Otra campaña, de tanto otros detenidos injustamente, y de los que todavía no se encuentran presos.
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