Dé cómo llegó a Chiapas Herrán Salvatti.
Extracto del discurso del entonces gobernador Pablo Salazar al inaugurar unas oficinas de la FGE el 4 de agosto de 2006
“Y quiero decirles de manera anecdótica que cuando yo gané la elección y teniendo el estatus de gobernador electo, empecé a pensar en qué clase de gabinete quería para Chiapas y me propuse formar un gabinete con los mejores, aunque no necesariamente los mejores tuvieran relación de amistad con quien sería gobernador.
Yo no conocía a Mariano Herrán, ya lo puedo platicar a cuatro meses, yo no conocía a Mariano, no éramos amigos. Nunca nos habíamos tomado un café, porque él no me lo había invitado, no me veía futuro seguramente; no, no es cierto, estaba muy ocupado en sus tareas.
Estaba por terminar el gobierno del presidente Zedillo y yo empecé a poner el ojo en Mariano Herrán. Es chiapaneco, requisito importante.
Hablé con el que era su jefe, y es muy grato siempre que un jefe hable muy bien de un subordinado. Jorge Madrazo me habló muy bien de Mariano Herrán.
Y como no era mi amigo, perdón Mariano, no me conformé y tenía que ser una ruta más amplia.Fui a ver al secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco.
Diódoro, ¿qué opinión me das de Mariano Herrán?
Un gran profesional, insospechadamente honorable, comprometido con su patria; tan comprometido, me dijo, que frecuentemente pone en riesgo su salud.Se desvela porque trabaja mucho.
Bueno tenía dos opiniones favorables, pero, perdóname Mariano, no me quise conformar.
Logré que el embajador de Estados Unidos en México me invitara un día a desayudar a su casa y entonces, yo ahí quería cerrar el círculo.
Embajador, ¿cómo ven los Estados Unidos a quien fue durante estos años el zar antidrogas Mariano Herrán?
Me dijo: El mejor que ha tenido México. (Te lo digo como me lo platicó, como respondió.)
Me dijo: Es un área muy complicada y Mariano Herrán cruzó el pantano y no se manchó; en Estados Unidos tenemos un gran respeto por su trabajo. Entonces ya no me quedaba duda.
El siguiente paso era convencer a Mariano que se quisiera regresar a Chiapas, y, aunque no lo crean, cuando le hice la invitación una mañana en aquel hotel, Mariano se dio el lujo de decirme, ‘lo voy a pensar’; yo ya era gobernador electo y se dio el lujo de decirme, ‘lo voy a pensar’. Y la verdad es que no lo pensó mucho. Pocos días después aceptó la invitación.
El fiscal general ha sido un hombre muy comprometido con Chiapas y por su trabajo ha acreditado que valió la pena, que no me equivoqué y que Chiapas merecía un hombre de su talla.
A partir de esta experiencia recordé a un gobernador —que no es de mis clásicos, cada vez lo cito menos—, pero que tenía buenas ocurrencias.
Un día le preguntaron que si iba a gobernar sólo con sus amigos y dijo: bueno, es mucho más fácil a un hombre inteligente hacerlo mi amigo, que a un amigo hacerlo inteligente. Tenía razón.
Yo escogí a un hombre inteligente al que he hecho mi amigo y con eso termino.
Muchas gracias Mariano porque tu presencia le da un gran prestigio a mi gobierno y yo sé que tú seguirás trabajando y yo, yo me voy y él se queda. El tramo que te queda por delante es todavía muy importante y sé que seguirás con tu prestigio dándole prestigio al futuro gobierno de Chiapas.
Gracias fiscal, enhorabuena.”
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