COMUNICADO DE PRENSA


A la opinión pública
A los medios de prensa nacionales e internacionales


Somos Ana, Beatriz y Celia González Pérez, y nuestra madre Delia Pérez de González, indígenas tseltales de Chiapas, que pusimos, a través de nuestras abogadas, una denuncia en la Procuraduría General de la República por violaciones cometidas en nuestros cuerpos en 1994, por soldados de un retén del ejército de México. La denuncia después fue enviada al Ministerio Público Militar.

En vista de que no se le dio trámite, en 1996 hicimos otra denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con el apoyo de la Comisión Mexicana para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos y del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional. El Organismo interamericano mandó, desde 2001, una recomendación al gobierno de México diciendo que como el ejército es responsable de las violaciones a nuestros cuerpos y a nuestros derechos tenía que investigar y hacer justicia, castigando a los culpables, además de hacer una reparación justa por el daño que nos causaron.

Pero el ejército dijo que sus soldados no tenían responsabilidad, porque según ellos no se comprobaron las violaciones, y cerraron el caso. Por su parte el gobierno, nueve años después de la recomendación de la Comisión Interamericana (CIDH), a través del gobernador de Chiapas Juan José Sabines Guerrero, ahora nos ofrece por reparación de los daños $500,000.00 a cada una de las tres hermanas, además de otros programas como seguro médico permanente, becas de estudio para nuestros hijos y proyectos productivos. El gobierno dice también que quiere hacernos entrega personalmente de estos reconocimientos.

Ni en los 16 años que ha durado este proceso, ni en toda nuestra vida podremos olvidar el dolor, la enfermedad y la rabia que nos causó la violación; nunca podremos perdonar lo que nos hicieron. Tampoco habíamos aceptado hacer declaraciones públicas sobre lo que sucedió. Sin embargo, ahora lo hacemos para que ninguna autoridad o institución saquen provecho de nuestra respuesta al ofrecimiento que nos hace el gobierno de Chiapas.

La respuesta que hicimos llegar al gobierno a través de la Comisión Interamericana, contiene nuestra voz y parecer, en resumen dice que:
1).- Aceptaremos esa propuesta como la única prueba que tenemos de que el gobierno mexicano reconoce públicamente su responsabilidad en la violación a nuestros cuerpos, a nuestros derechos y a nuestra dignidad. Sin embargo la condicionamos a que también se reconozcan los daños causados a nuestra madre.
2).- Exigimos y exigiremos siempre que se castigue a los militares que nos hicieron daño, que se investigue y se determine su responsabilidad por jueces del fuero común y no por militares, como hasta ahora se ha hecho.
3).- Exigimos también la salida inmediata de los militares de nuestros pueblos y comunidades en Chiapas, porque siguen violando a las mujeres, traen prostitución, causan terror y daños a las personas.
4).- Para aceptar la reparación exigimos que se reconozca también los daños cometidos a nuestra madre Delia Pérez de González, y que en la misma forma que a nosotras se le repare el daño. Ella fue obligada a presenciar las violaciones que nos hicieron para torturarla. Además ella tuvo que salir con nosotras de la comunidad en donde vivíamos porque la gente la culpó de lo que ocurrió. Por todo esto ella se enfermó para siempre.
5).- Ninguna cantidad que dé el gobierno será suficiente para sacarnos del corazón el daño y el coraje que se nos ocasionó. Aceptaremos la propuesta de reparación con la condición que ya dijimos y como prueba de la culpabilidad de los militares; pero exigimos que al menos se duplique la cantidad ofrecida y que sea lo más pronto posible, para que por lo menos alcancemos a resolver los problemas más urgentes de vivienda, salud, terreno y deudas que tenemos actualmente.
6).- No aceptaremos estar presentes en ningún acto público para que el gobierno no use nuestra palabra a su favor. Tampoco aceptaremos los programas que ofrece porque no resuelven los problemas reales del pueblo, nosotras ya estamos organizadas en nuestras comunidades para resolverlos.

Ahora, como en 1994, condenamos fuertemente los actos cometidos por el Ejército en contra de nuestros cuerpos y nuestros corazones, cuando pasamos por el retén contrainsurgente en Altamirano, Chiapas. Estos actos, que violan nuestros derechos, demuestran la política de terror que ha usado el ejército en contra del pueblo chiapaneco, utilizando a las mujeres como objetivo de guerra. Por lo cual seguimos y seguiremos luchando en contra de todas las acciones del gobierno que quieren silenciar las justas demandas de nuestros compañeros y compañeras. No dejaremos de exigir que los actos del ejército en contra de los derechos de la población se juzguen por autoridades civiles, porque es la única forma en que reconocerán su culpabilidad. Exigimos que se les castigue como corresponde de acuerdo a la ley y ya no se encubra su culpa con el pretexto de proteger al país. Esto es necesario para evitar que el ejército siga violentando los derechos de nuestros pueblos y su autonomía.

Pedimos a los medios que den a conocer fielmente nuestra palabra, para que el gobierno no use nuestra aceptación de la reparación en su provecho, sino que se vea en esto un reconocimiento de su culpa, y deje de hostigar y agredir a todas nosotras las mujeres, a nuestras comunidades y al pueblo que lucha por su autonomía y sus derechos reconocidos en las leyes internaciones y en nuestra Constitución.


Ocosingo, Chiapas; 20 de octubre de 2010.


Ana González Pérez Beatriz González Pérez Celia González Pérez

Delia Pérez de González.