Las muertas y los muertos de Acteal todavía viven.


En la rebeldía que nace en el misterio de las montañas.
En los ojos de los que miran los rostros de los asesinos están sus miradas.
En el fuego de cada mañana está el llanto y el coraje.
En los brazos de las nuevas generaciones está la fuerza para construir la justicia.
Con el trabajo diario se va a lograr levantar una torre para vigilar a los que tienen la muerte en sus manos.
Con la palabra verdadera se va a descubrir la mentira.
Con la organización va a ser posible poner frente a la dignidad de los pueblos la arrogancia de los que destruyen los caminos de libertad.
Así está escrito y así será.
Jorge Santiago S.
San Cristóbal de Las Casas a 20 de octubre de 2010