Gabriela Coutiño
Tuxtla Gutiérrez, Chis. 21 Marzo.- Presos del penal de mediana seguridad El Amate, repelieron y replegaron a policias estatales que durante la madrugada ingresaron a la cárcel, para tratar de desmantelar una huelga de hambre que un grupo de seis reos mantienen en el interior en demanda de su libertad, dejando un saldo de 50 heridos, informaron organizaciones campesinas, y de derechos humanos.

"Responsabilizamos al gobierno de lo que le pueda pasar a nuestros compañeros presos; los policías ingresaron haciendo disparos al aire y lanzando gases lacrimogenos aún sabiendo que en el interior se encontraban mujeres y niños como parte de una visita general, y que pasaron la noche en el interior, hay dos menores intoxicados", denunció Erik Bautista, vocero de la organización Movimiento Campesino Regional Independiente (MOCRI)

Diego Cadenas Gordillo, del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, informó que los hechos se registraron alrededor de la una y media de la madrugada de este sábado, cuando policias estatales preventivos, ingresaron al penal para trasladar a otra cárcel a un grupo de reos que mantiene una huelga desde hace 12 días en exigencia de su libertad, ya que aseguran fueron culpados mediante tortura.

Cadenas explicó que la población penitenciaria en su mayoría indígenas campesinos pobres, repelieron y replegaron a los policias, quemando los dos camiones en los que ingresaron a la cárcel.

Erik Bautista dijo que mientras los policias hacían disparos, los internos lanzaron piedras y botellas a los policías, extendiendose el motín por todo el penal, por lo que tuvieron que llegar refuerzos de más policías estatales y federales para controlar la situación.

El penal "El Amate", se localiza en el municipio de Cintalapa, en el centro del estado de Chiapas. Su población penitenciaria está compuesta en su mayoría por indígenas campesinos pobres, entre ellos cerca de 40 tzotziles autores materiales de la matanza de Acteal.

El gobierno de Chiapas enfrenta una ola de manifestaciones y plantones de parte de organizaciones indígenas campesinas  para que se liberen sus presos, los que consideran que fueron detenidos por causas políticas y torturados durante la administración del exgobernador Pablo Salazar.

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Ángeles Mariscal/corresponsal

Cintalapa, Chis., 21 de marzo. Internos del penal El Amate, considerado de mediana seguridad, se enfrentaron con al menos mil 500 policías estatales, federales y militares, quienes la madrugada de este día pretendían inspeccionar el lugar para localizar drogas y otros objetos. El hecho saldó con al menos cincuenta personas heridas, entre policías, internos y familiares de los reclusos, siete vehículos oficiales incendiados, y diversos destrozos en el interior del penal.

El incidente se realizó en el marco de dos manifestaciones que realizan presos para lograr su libertad. Uno de integrantes de organizaciones sociales y campesinas, quienes argumentan son presos políticos porque fueron detenidos en el marco de la realización de protestas sociales; y otro de presos comunes que sostienen fueron torturados para que se declararan culpables de la muerte de un ex funcionario de la Procuraduría.

            Horas después de la trifulca, autoridades estatales permitieron el ingreso de los familiares de los internos, sin embargo los custodios y personal de vigilancia del penal se mantenían alejados de algunas áreas bajo el control de los presos, en tanto los policías y militares que habían arribado para realizar el operativo abandonaron el lugar.

 

Habría armas y narcóticos en el interior del penal           

El reporte oficial del gobierno del estado señala que derivado de diversas denuncias que señalaban que en el interior del penal el Amate, ubicado a unos 100 kilómetros de esta capital, los internos comercializaban todo tipo de narcóticos, además que poseían  diversas armas de fuego, la madrugada de este sábado intentaron entrar unos mil 500 agentes de las policías Federal Preventiva, Estatal Preventiva y Ministerial; agentes federales de investigación (AFI), militares, y Ministerios Públicos del orden común y de la Federación, a fin de realizar un cateo.

            Al llegar al lugar -donde se encuentran unos 2 mil 500 reclusos divididos en tres secciones: una para varones, otra para mujeres y otra más con presos que fueron funcionarios públicos, policías o militares- fueron repelidos en el área de entrada a la sección de varones.

            De acuerdo a testimonios de los propios presos, un grupo de ellos se había alertado ante el posible operativo, porque alrededor de las 10 de la noche, unas tres horas antes de la llegada de los efectivos policíacos y militares, les ordenaron salir del penal a los familiares que pernoctan con los detenidos.

            El grupo de reclusos inconformes con el operativo de inspección, instaló en la entrada de la primera aduana y en la parte trasera del penal, vallas con muebles y colchones. Al momento que llegaron los efectivos inició el enfrentamiento.

           

Presos se amotinan  

“A la 1:30 am aproximadamente los policías empezaron a entrar al penal, haciendo disparos al aire y lanzando gases lacrimógenos para que la gente no evitara el paso. Sin embargo la comunidad que estaba despierta les respondieron y no permitieron que estos entraran, hirieron a unos 50 presos y familiares, yo vi a dos niños tirados en el piso por la intoxicación”, narró vía telefónica uno de los internos.

            Explicó que en al menos dos ocasiones los uniformados intentaron entrar, haciendo uso de perros amaestrados y policías montados a caballo. En una de ellas dejaron tirada en el piso un arma de grueso calibre, así como proyectiles útiles.

            Los reclusos respondieron a la incursión quemando colchones y vehículos que utilizaron los policías para romper la valla.

            El reporte oficial indica que los uniformados “fueron agredidos por parte de los internos con palos, piedras y bombas molotov; por lo cual se desactivó el operativo para salvaguardar la integridad física de los internos, así como de los elementos de las corporaciones policíacas y demás personas que intervinieron”.

            “Resultaron lesionados 10 policías preventivos y ocho camiones tipo Kodiak dañados, pertenecientes a la PEP, automotores que fueron retenidos por los internos al interior del penal y devueltos posteriormente”.

            En el interior del penal femenino, donde sí lograron entrar, los policías localizaron 27 armas punzo cortantes, 18 armas blancas, un serrucho, un machete y dos limas para afilar cuchillos.

            El comunicado de gobierno señala que al mando del operativo se encontraban, el director de la Policía Estatal Preventiva, Juan José Suárez Soto; el director de la Policía Estatal Fronteriza, David García Arizmendi; el director de la Policía Estatal de Caminos, Vicente Rafael Zurita Solís, y el comandante de la Unidad Táctica, Evet Castillejos Vera.

 

“Total tranquilidad” en el penal

            Según este reporte, “actualmente, el Centro de Reinserción Social para Sentenciados número 14 El Amate, se encuentra nuevamente bajo un clima de tranquilidad”.

            Presos que fueron entrevistados vía telefónica señalaron que luego de resistir la incursión policiaca, llegaron al “acuerdo” con las autoridades de que ellos (los internos) iban a garantizar el orden en el interior del penal, si las autoridades desistían de ingresar, y se permitía a sus familiares entrar de nuevo.

            A las 8 de la mañana los mil 500 uniformados se retiraron de la zona y el personal de custodia del centro se instaló en las aduanas de entrada para permitir el ingreso de los familiares.

            Al momento de retirarse, los policías llevaron consigo a unas 20 personas heridas, de las cuales no se ha dado a conocer su identidad.

Presos y ex presos piden respeto a su movimiento

Por su parte, los 23 presos integrantes de organizaciones sociales, quienes demandan su libertad a través de un plantón que mantienen sus familiares en la capital del estado, hicieron un llamado al gobierno estatal a usar las vías de diálogo y negociación para garantizar la seguridad y la integridad física de los presos y sus familiares.

            También se deslindaron de cualquier agresión cometida contra los policías, y pidieron se respete su manifestación, porque consideran que esta se ha sido pacífica.

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