Discurso de Sandra González Jiménez
Vocera del MOCRI CNPA MN en el marco del Primer Congreso Estatal de la UNT en Chiapas
En ese acto ésta organización se adhirió a la UNT.
La situación política, social y económica que viven nuestros pueblos, comunidades y compañeros de sindicato, organización campesina y pueblo en general constituye la base sobre la cual, se hace necesaria y se justifica la actual constitución de la Unión Nacional de Trabajadores en nuestro estado de Chiapas.
Es innegable la situación de represión, hostigamiento, intervención del estado y su actual gobierno en asuntos organizativos de los sindicatos y organización de la clase trabajadora del campo y la ciudad, generando con ello, un clima de inseguridad y exclusión social propios de un estado y gobierno que ha convertido en práctica recurrente la violación sistemática de los derechos constitucionales del ciudadano y aun mas, de la violación de los derechos humanos fundamentales. Situación por demás documentada y fundamentada en los constantes ataques a la libertad de expresión y libre asociación de los ciudadanos, expresada en la represión a quienes pensamos de forma diferentes y actuamos en consecuencia, a quienes por ética, no hemos caído en la serie de florilegios hipócritas a un gobierno que como los anteriores ha demostrado ser incapaz de soportar el menor análisis crítico y pensante, no solo del sector organizado, sino del propio ciudadano común.
Nuestra organización, ciertamente de base campesina fundamentalmente, no es ajena a la situación que viven los trabajadores de distintos sindicatos de nuestro estado y en especial los compañeros que hoy conformamos este esfuerzo organizativo, como parte de la Unión Nacional de Trabajadores. Es para nosotros motivo de preocupación la flagrante violación a la ley laboral y constitucional del gobierno del estado, expresado en la falta de voluntad de reconocimiento de los sindicatos hermanos de salud por parte del gobierno del estado de Chiapas, aun cuando los mismos han cumplido y han sido reconocidos por los órganos laborales federales, mostrando con ello, la falta de respeto a la libre organización democrática de los trabajadores, es igualmente preocupante la situación que viven los compañeros del Suta-unicach a quienes con la injerencia de el estado pretendes desaparecer su sindicato.
Todo ello, muestra la actual política de represión y exclusión social que vivimos hoy en el estado de Chiapas y muestra el carácter, retrogrado y caciquil del nuevo gobierno, incapaz de asimilar los nuevos tiempos de participación social, en que el ciudadano y elemento trabajador participa y cuestiona cada vez más el actuar del estado y gobierno, como una forma de expresar la libertad de opinión y credo.
Las organizaciones campesinas en nuestro estado, somos directamente golpeadas por esta intolerancia política a las formas diferentes de pensar, nuestra lucha por alcanzar el desarrollo y progreso de nuestras comunidades nos ha llevado de manera obligada a criticar los múltiples programas corporativos y clientelares del estado que no hacen más que reproducir las viejas formas de control social en detrimento del desarrollo mismo del individuo, de la sociedad y por lo tanto de nuestro país, al inhibir la libertad de opinión y organización, generando con ello, la exclusión social de quienes pensamos diferente y por lo tanto hemos decidido organizarnos de manera diferente en nuestras organizaciones que hemos considerado apropiadas.
La ambición del estado, por controlarlo todo, le ha llevado a impulsar a organizaciones y líderes a modo, a quienes le adulan y ocultan sus políticas asesinas y marginales a cambio de prebendas económicas, a quienes no tienen el menor empacho en adular a un gobierno que ha asesinado a campesinos en diversas regiones de nuestro estado, a quien ha reprimido la voluntad popular de cambio político, convirtiéndose en los nuevos colaboradores del estado. Consecuentemente con esta política, ha mantenido y mantiene la represión contra las organizaciones obreras y campesinas que deseamos mantener nuestra independencia política del estado y de sus instituciones como una forma de mantener nuestra libertad de pensamiento y opinión y no ser simples reproductores del discurso oficial, plagado de elogios a un gobierno que a todas luces a dañado la planta laboral, llevándonos a una crisis que como todas, la están pagando nuevamente las clases trabajadoras y campesina, con desempleos, paros técnicos, nula creación de nuevas oportunidades de trabajo y pérdida considerable del poder adquisitivo del salario, cerrándole el paso a los miles de campesinos expulsados del campo, como producto de la quiebra generalizada de la economía agrícola y de la bancarrota de los programas oficiales implementados por el gobierno y sus organizaciones charras en el campo, situación a la que se une la agobiante exclusión y marginación social y política que viven nuestros compañeros campesinos por parte del caciquismo y de los nuevos proclives al gobierno en el campo.
Es necesario afirmar y denunciar que en nuestro estado no solo no se respeta la libertad de pensamiento, opinión y organización, sino que esta viene siendo criminalizada y castigada como una medida desesperada del estado y su gobierno retrogrado para ocultar el fracaso de sus políticas elaboradas en gabinetes insensibles a la verdadera situación que vive realmente el campo mexicano. Un reflejo de esa falta de respeto a las diferencias políticas y de pensamiento, así como de una flagrante violación a los derechos humanos fundamentales del ciudadano, la tenemos en el reciente hostigamiento que vivió el presidente del centro de derechos humanos Fray Bartolomé de las casas al ser perseguido y fotografiado por individuos a bordo de una camioneta sin placas el día 19 de junio, en la ciudad de San Cristóbal de las casas y denunciado oportunamente. Situación similar y agravada, es la que vivimos los compañeros que integramos la organización MOCRI-CNPA-MN, quienes en diversas ocasiones hemos sido perseguidos o interceptado por sujetos no identificados para ser fotografiados en un acto abiertamente intimidatorio, como preámbulos para la invención de delitos y creación de testigos falsos, para después ser encarcelados bajo múltiples cargos prefabricados y jamás sustentados pero suficientes para permanecer en las cárceles de este estado. Estos ataques y hostigamientos que vivimos tanto dirigentes sociales, como defensores de derechos humanos, forman parte sin duda alguna de los esfuerzos caciquiles del estado por acallar la voz crítica y cierta de nuestras organizaciones independientes.
Con este viejo método, permanecen en las cárceles del estado, acusados de diversos delitos jamás cometidos y menos aun probados, más de 30 de nuestros compañeros. Debiendo aclarar que al menos 11 de ellos, han sido detenidos en este sexenio y que esta campaña represiva del estado obedece a los esfuerzos por defender nuestra independencia política, lejos de los chantajes del estado por acallarnos, es significativo de esto, el que dos de nuestros hoy presos, sean dos de los voceros de nuestra organización e interlocutores ante el actual gobierno y que por regla general, días previos a su detención fueron emplazados por el gobierno para dejar de luchar por la libertad de los compañeros presos y prestarse a juegos perversos ante el estado. Podemos decir sin temor de ninguna clase que la actual represión tiene su origen en nuestra negativa a formar parte del sequito de aduladores del estado y gobierno actual, que nuestros compañeros son inocentes, que su único delito es defender la decencia y honestidad política y aspirar a un verdadero desarrollo de nuestros pueblos y comunidades y que jamás descansaremos de exigir su libertad, porque solo la libertad de nuestros compañeros y compañeros de otras organizaciones puede refrendar el estado democrático que tanto se pregona en los medios de comunicación.
Es necesario y con el debido respeto de los compañeros que forman parte de organizaciones distintas a la nuestra, denunciar que la actual ola represiva ha escapado de los círculos de represión a nuestra organización y que esta se extiende a compañeros del FNLS quienes han sido hostigados continuamente con llamadas anónimas y cateo a sus domicilios con perdidas importante de información confidencial, los compañeros de OCEZ-Chiapas quienes no han visto la liberación de sus compañeros presos, los compañeros de San Sebastián Bachajon, quienes han sido encarcelados con delitos fabricados y que además sufrieron la destrucción de sus bienes comunitarios a manos de la policía sectorial del estado, además del asedio constante a diversas comunidades integrantes de las bases de apoyo zapatistas e integrantes de la “Otra Campaña” como es la comunidad de Cruztón en el municipio de Venustiano Carranza, situación de represión a la que viene a unirse la serie de ofensas hacia los sindicatos que no son del agrado del actual gobierno.
Es en este contexto, de hermandad en la lucha, de hermandad en la represión y de hermandad en nuestras aspiraciones que diversos sindicatos, a quienes agradecemos habernos invitado y considerado a ser parte de este esfuerzo democrático e independiente en el país, constituimos la Unión Nacional de Trabajadores en Chiapas, como un esfuerzo por ser respetados en nuestros derechos básicos a la libre expresión y organización política. Consideramos que la actual situación lo amerita y además exige y estamos convencidos que a ello contribuirá.
Como todo esfuerzo, esperamos poder superar nuestras diferencias y avanzar en la unidad de nuestra lucha por alcanzar los beneficios para nuestros compañeros del campo y la ciudad, esperamos la solidaridad de los sindicatos hermanos en todo nuestro país, y que la voz de lo que ocurre en nuestro estado sea llevado a los distintos centros de trabajo, así como la voz de los sindicatos será llevado a las comunidades de nuestra organización como una forma de unidad por la vía de los hechos, así como estamos seguros del contar con el respaldo de nuestros compañeros del comité nacional de la Unión Nacional de Trabajadores, encabezados por el compañero Francisco Hernández Juárez.
Reiteramos nuestros agradecimientos y refrendamos nuestros compromisos a la unidad y lucha fraterna.
¡Por la unidad de la clase trabajadora del campo y la ciudad!
¡Por el respeto a la libertad de pensamiento, opinión y asociación política, muera el corporativismo, muera el charrísmo sindical!
¡Libertad a los presos políticos y de conciencia!
¡Autonomía y legalidad sindical!
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