Miguel Hidalgo, Chis; 11 de octubre.- Un semana después de la matanza de seis campesinos de la comunidad Miguel Hidalgo, el gobierno del estado volcó la ayuda a este lugar, como en ningún otro lugar de que se tenga memoria en Chiapas.
Funcionarios del gobierno estatal, como el Secretario de Desarrollo Social (Sedeso), Seth Yassir Vázquez Hernández, han llegado a la comunidad para entregar despensas, cobertores, ropa, alimentos, medicina y probablemente recursos.
Pero a una semana de la matanza, el pueblo de unos 2 mil habitantes, el ritmo del pueblo parece haber cambiado: las calles y avenidas han dejado de ser lodosas y maquinaria pesada trabaja para arreglarlas.
En el centro de la comunidad, tres camiones de la Secretaría de Salud se encuentran atiborrados de medicamentos.
En las calles, varios enfermeros, promotores de salud, brigadistas y médicos se concentran en la clínica, contigua a la casa ejidal.
Nunca antes en la historia, una comunidad había recibido tantos recursos, después de un hecho como el ocurrido el pasado 3 de octubre.
Mientras el pueblo se atiborra de funcionarios, vehículos oficiales, los pobladores se guarecen en sus casas y algunos se asoman a ver lo que pasa, sobre todo a observar a los visitantes que van de un lado a otro.
En la carretera federal, maquina pesada y hombres trabajan a marcha forzadas para revestir el tramo, donde el viernes tres se registraron las primeras escaramuzas entre las fuerzas policíacas y los pobladores.
Así, la imagen de Hidalgo cambió una semana, pero para que lo hiciera tuvo que haber seis campesinos muertos.
Pero no lejos de Hidalgo, una mujer pereció por una complicación por embarazo en una comunidad de La Trinitaria. No hubo médicos, ni enfermeros, mucho menos parteras para que fuera atendida.
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