CRISTO REY: EN RIESGO LA RESERVA MACTUMACTZÁ
ISAÍN MANDUJANO/APRO
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., 20 de abril (apro).- Sin importar el impacto ambienta que provoque, el gobernador Juan Sabines Guerrero refrendo su filia religiosa y para ello construirá alentado por la Iglesia Católica de Chiapas, un cristo de 60 metros del altura, con una inversión de 50 millones de pesos.
Esto traerá como consecuencias, advierten ecologistas, que el lugar donde se construirá como lo es la Reserva Ecológica de El Zapotal y la Reserva Ecológica Municipal la Mesesta de Copoya, se empiece a agilizar el proceso de deterioro ambiental al ser trastocado por el ser humano con esa magna obra pública.
El proyecto que pretende ser más ambicioso por su tamaño que los cristos construidos en Brasil, Bolivia, España y en el estado mexicano de Coahuila, ha sido proyectado ya para construirse en ocho meses.
El miércoles pasado, en una reunión con integrantes del gabinete de Juan Sabines Guerrero, el escultor Gabriel Gallegos Ramos, responsable de la construcción del “Cristo del Mactumactzá”, presentó los pormenores y las características para la construcción de la escultura y del espacio en donde se edificará esta obra, “considerada a convertirse en un sitio turístico y en un icono de la ciudad capital”.
El Cristo del Mactumactzá, dijo el escultor Gabriel Gallegos, tendrá una altura de 60 metros, superando, incluso, a los que se encuentran en Brasil, Bolivia, España y en el estado mexicano de Coahuila.
De acuerdo al anteproyecto, el Cristo del Mactumactzá tendrá un tamaño de 45 metros y 15 de base, lo que permitirá su visibilidad desde cualquier punto de la ciudad capital. De la misma manera, tendrá una iluminación especial, por lo que podrá ser observado las 24 horas del día.
A través de una maqueta y una presentación en tercera dimensión, el gobernador Juan Sabines conoció a detalle cada una de las partes que integrarán esta obra. El escultor Gallegos Ramos abundó que la construcción comprende estacionamientos, áreas verdes, un mausoleo, mirador techado, capilla, andadores y un restaurante.
En la misma reunión, se acordó que el Ejecutivo estatal presidirá la colocación de la primera piedra de la construcción del Cristo del Mactumactzá, programada para el próximo 29 de abril.
Según se dijo, el santuario del Cristo del Mactumactzá será visto por sus dimensiones desde distintos puntos de la ciudad, tendrá acceso por el ejido Copoya, sin afectar el entorno ecológico del lugar y formará parte del Corredor Turístico Zoque.
Se estima que los trabajos de la obra física queden concluidos en un periodo de ocho meses. La escultura del Cristo se irá colocando en tramos de tres metros ayudados por una grúa, pues alcanzará una altura de un edificio de 13 pisos.
En otro diario local, el secretario de Obras Públicas del estado, Reybel Santos Romero, presumió que la escultura del Cristo del cerro Mactumactzá, que se construirá en Tuxtla Gutiérrez, será la más grande de Latinoamérica y que esta será una obra que el gobernador del estado, Juan Sabines Guerrero, ofreció a los tuxtlecos hace un mes cuando la Diócesis de Tuxtla Gutiérrez fue elevada a arquidiócesis de Chiapas.
Explicó que la escultura del Cristo rey se irá colocando en tramos de tres metros ayudados por una grúa, pues alcanzará una altura de un edificio de 13 pisos.
Agregó que la construcción del proyecto y los materiales con los que se construirá la gigantesca escultura, podrían ser de polvo de mármol y fibra sintética, material con que se construyen los cascos de los barcos, la segunda opción sería de cemento y fibra de vidrio y la tercera con materiales de aluminio que facilitarían el mantenimiento a menor costo.
Pero si bien las autoridades, niegan que se vaya a construir en las inmediaciones de la reserva ecológica del Cerro Mactumactzá que esta obra pública de varias hectáreas agudizará el proceso de deterioro que ya de por si sufre ese pulmón boscoso de la ciudad pero sobre todo de la reserva ecológica municipal La Meseta de Copoya que esta de forma adjunta.
Esta reserva se localiza en la depresión central de Chiapas, en este municipio de Tuxtla Gutiérrez. Cuenta con superficie compacta de bosque tropical caducifolio, encinos y epifitas. Presenta una gran diversidad de muestras representativas de los ecosistemas originales.
Ya de por sí, La Meseta de Copoya ha resentido serios problemas entre los que destaca el avance de la mancha urbana dentro de sus límites de menor elevación.
“Aunado a esto, la vegetación original muestra signos claros de perturbación como producto de las muchas actividades productivas realizadas por los pobladores lo que ha traído como consecuencia la sustitución de la cubierta vegetal por matorrales, pastizales y sembradíos de maíz y frutales”, dice un informe oficial de un grupo de ecologistas que trabajan en la zona.
Refieren que si bien se argumenta que no provocará daño al medio ambiente esta obra publica, duda que esto sea cierto, pues la basura, los desechos que se generen como las aguas negras y la posibilidad de un incendios forestales por fogatas que hagan los visitantes podría poner fin a ese bastión ambiental.
Esta zona provee de agua a los vecinos de la colonia Altos del Sur y 7 de abril. Ahí se localiza uno de los últimos afluentes de agua de la ciudad. Por ser parte de la cadena montañosa que cubre la ciudad lo protege de inundaciones, ya que la cubierta vegetal impide que los escurrimientos de agua sean precipitosos, evitando así inundaciones.
Tanto el Mactumatczá como La meseta de Copoya, tienen características especiales, pues presentan una variedad de árboles como el nanchi, el palo mulato, el cedro, la flor de mayo, los carrizos, guajes, encinos y otras en peligro.
Se han encontrado 521 especies botánicas pertenecientes a 359 géneros y 98 familias.
Se dice que en los alrededores de la “Meseta de Copoya” son sumamente apreciados los animales silvestres que habitan en él; se han registrado para esta zona poblaciones de reptiles como turipaches, iguanas, lagartijas, ratoneras y arroyeras; aves como chipes, colibríes, zopilotes, tapacaminos, palomas, tortolitas, tordos, urracas y chorchas; mamíferos como ardillas, conejos, tlacuaches, zorrillos y tuzas.
En cuevas se han encontrado formas de vida exclusiva que carecen de pigmentación como peces, así como píhuas, murciélagos y madrigueras de animales. Empero, esta biodiversidad, propia de ambientes sujetos a estaciones pronunciadas de sequía, se encuentra seriamente amenazada por su uso inmoderado, debido a que desde tiempos muy remotos la caza provee de alimento y de ofrendas religiosas a los pobladores.
En la zona se han registrado 101 especies de vertebrados terrestres, considerándose un área rica en diversidad de reptiles y aves, y se reportan 43 especies de vertebrados endémicas de Mesoamérica, 2 especies en peligro de extinción y 2 especies raras.
Esta región junta, se encuentra en el listado de conservación de las aves, siendo esta zona, una de las 230 áreas de gran importancia en el país para la conservación de las aves.
El informe refiere que en esta zona En esta zona se puede observar el contacto K-T (cretacico – terciario), esto es importante por que en esta época se extinguieron los dinosaurios permite el estudio de los tipos biológicos que sobrevivieron a la catástrofe del meteorito.
El estudio de esta zona pueda ayudar a entender la ecología del pasado y su relación con otros lugares del mundo.
“Se han hecho estudios del lugar describiendo algunas especies de cangrejos, corales, tiburones y rayas. Se pueden observar algunos fragmentos de raíces y ramas, escasos fragmentos de vértebras y huesos largos todavía no identificados taxonómicamente.
Existen varios estudios ya publicados sobre estos hallazgos como el de los geólogos Ismael Ferrusquía Villafranca, Luís Espinosa Arrubarrena y Shelton P. Applegate, ya muerto.
Un activista ambiental, que ha omitido su nombre, de dice preocupado porque esta obra podría dar pie al principio de un final, el del Cerro Mactumactzá y sus ecosistemas. Paradójicamente, es ahí donde el gobernador y sus colaboradores celebrarán este domingo el día mundial de la tierra.
--------------------o0o-------------
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., 20 de abril (apro).- Sin importar el impacto ambienta que provoque, el gobernador Juan Sabines Guerrero refrendo su filia religiosa y para ello construirá alentado por la Iglesia Católica de Chiapas, un cristo de 60 metros del altura, con una inversión de 50 millones de pesos.
Esto traerá como consecuencias, advierten ecologistas, que el lugar donde se construirá como lo es la Reserva Ecológica de El Zapotal y la Reserva Ecológica Municipal la Mesesta de Copoya, se empiece a agilizar el proceso de deterioro ambiental al ser trastocado por el ser humano con esa magna obra pública.
El proyecto que pretende ser más ambicioso por su tamaño que los cristos construidos en Brasil, Bolivia, España y en el estado mexicano de Coahuila, ha sido proyectado ya para construirse en ocho meses.
El miércoles pasado, en una reunión con integrantes del gabinete de Juan Sabines Guerrero, el escultor Gabriel Gallegos Ramos, responsable de la construcción del “Cristo del Mactumactzá”, presentó los pormenores y las características para la construcción de la escultura y del espacio en donde se edificará esta obra, “considerada a convertirse en un sitio turístico y en un icono de la ciudad capital”.
El Cristo del Mactumactzá, dijo el escultor Gabriel Gallegos, tendrá una altura de 60 metros, superando, incluso, a los que se encuentran en Brasil, Bolivia, España y en el estado mexicano de Coahuila.
De acuerdo al anteproyecto, el Cristo del Mactumactzá tendrá un tamaño de 45 metros y 15 de base, lo que permitirá su visibilidad desde cualquier punto de la ciudad capital. De la misma manera, tendrá una iluminación especial, por lo que podrá ser observado las 24 horas del día.
A través de una maqueta y una presentación en tercera dimensión, el gobernador Juan Sabines conoció a detalle cada una de las partes que integrarán esta obra. El escultor Gallegos Ramos abundó que la construcción comprende estacionamientos, áreas verdes, un mausoleo, mirador techado, capilla, andadores y un restaurante.
En la misma reunión, se acordó que el Ejecutivo estatal presidirá la colocación de la primera piedra de la construcción del Cristo del Mactumactzá, programada para el próximo 29 de abril.
Según se dijo, el santuario del Cristo del Mactumactzá será visto por sus dimensiones desde distintos puntos de la ciudad, tendrá acceso por el ejido Copoya, sin afectar el entorno ecológico del lugar y formará parte del Corredor Turístico Zoque.
Se estima que los trabajos de la obra física queden concluidos en un periodo de ocho meses. La escultura del Cristo se irá colocando en tramos de tres metros ayudados por una grúa, pues alcanzará una altura de un edificio de 13 pisos.
En otro diario local, el secretario de Obras Públicas del estado, Reybel Santos Romero, presumió que la escultura del Cristo del cerro Mactumactzá, que se construirá en Tuxtla Gutiérrez, será la más grande de Latinoamérica y que esta será una obra que el gobernador del estado, Juan Sabines Guerrero, ofreció a los tuxtlecos hace un mes cuando la Diócesis de Tuxtla Gutiérrez fue elevada a arquidiócesis de Chiapas.
Explicó que la escultura del Cristo rey se irá colocando en tramos de tres metros ayudados por una grúa, pues alcanzará una altura de un edificio de 13 pisos.
Agregó que la construcción del proyecto y los materiales con los que se construirá la gigantesca escultura, podrían ser de polvo de mármol y fibra sintética, material con que se construyen los cascos de los barcos, la segunda opción sería de cemento y fibra de vidrio y la tercera con materiales de aluminio que facilitarían el mantenimiento a menor costo.
Pero si bien las autoridades, niegan que se vaya a construir en las inmediaciones de la reserva ecológica del Cerro Mactumactzá que esta obra pública de varias hectáreas agudizará el proceso de deterioro que ya de por si sufre ese pulmón boscoso de la ciudad pero sobre todo de la reserva ecológica municipal La Meseta de Copoya que esta de forma adjunta.
Esta reserva se localiza en la depresión central de Chiapas, en este municipio de Tuxtla Gutiérrez. Cuenta con superficie compacta de bosque tropical caducifolio, encinos y epifitas. Presenta una gran diversidad de muestras representativas de los ecosistemas originales.
Ya de por sí, La Meseta de Copoya ha resentido serios problemas entre los que destaca el avance de la mancha urbana dentro de sus límites de menor elevación.
“Aunado a esto, la vegetación original muestra signos claros de perturbación como producto de las muchas actividades productivas realizadas por los pobladores lo que ha traído como consecuencia la sustitución de la cubierta vegetal por matorrales, pastizales y sembradíos de maíz y frutales”, dice un informe oficial de un grupo de ecologistas que trabajan en la zona.
Refieren que si bien se argumenta que no provocará daño al medio ambiente esta obra publica, duda que esto sea cierto, pues la basura, los desechos que se generen como las aguas negras y la posibilidad de un incendios forestales por fogatas que hagan los visitantes podría poner fin a ese bastión ambiental.
Esta zona provee de agua a los vecinos de la colonia Altos del Sur y 7 de abril. Ahí se localiza uno de los últimos afluentes de agua de la ciudad. Por ser parte de la cadena montañosa que cubre la ciudad lo protege de inundaciones, ya que la cubierta vegetal impide que los escurrimientos de agua sean precipitosos, evitando así inundaciones.
Tanto el Mactumatczá como La meseta de Copoya, tienen características especiales, pues presentan una variedad de árboles como el nanchi, el palo mulato, el cedro, la flor de mayo, los carrizos, guajes, encinos y otras en peligro.
Se han encontrado 521 especies botánicas pertenecientes a 359 géneros y 98 familias.
Se dice que en los alrededores de la “Meseta de Copoya” son sumamente apreciados los animales silvestres que habitan en él; se han registrado para esta zona poblaciones de reptiles como turipaches, iguanas, lagartijas, ratoneras y arroyeras; aves como chipes, colibríes, zopilotes, tapacaminos, palomas, tortolitas, tordos, urracas y chorchas; mamíferos como ardillas, conejos, tlacuaches, zorrillos y tuzas.
En cuevas se han encontrado formas de vida exclusiva que carecen de pigmentación como peces, así como píhuas, murciélagos y madrigueras de animales. Empero, esta biodiversidad, propia de ambientes sujetos a estaciones pronunciadas de sequía, se encuentra seriamente amenazada por su uso inmoderado, debido a que desde tiempos muy remotos la caza provee de alimento y de ofrendas religiosas a los pobladores.
En la zona se han registrado 101 especies de vertebrados terrestres, considerándose un área rica en diversidad de reptiles y aves, y se reportan 43 especies de vertebrados endémicas de Mesoamérica, 2 especies en peligro de extinción y 2 especies raras.
Esta región junta, se encuentra en el listado de conservación de las aves, siendo esta zona, una de las 230 áreas de gran importancia en el país para la conservación de las aves.
El informe refiere que en esta zona En esta zona se puede observar el contacto K-T (cretacico – terciario), esto es importante por que en esta época se extinguieron los dinosaurios permite el estudio de los tipos biológicos que sobrevivieron a la catástrofe del meteorito.
El estudio de esta zona pueda ayudar a entender la ecología del pasado y su relación con otros lugares del mundo.
“Se han hecho estudios del lugar describiendo algunas especies de cangrejos, corales, tiburones y rayas. Se pueden observar algunos fragmentos de raíces y ramas, escasos fragmentos de vértebras y huesos largos todavía no identificados taxonómicamente.
Existen varios estudios ya publicados sobre estos hallazgos como el de los geólogos Ismael Ferrusquía Villafranca, Luís Espinosa Arrubarrena y Shelton P. Applegate, ya muerto.
Un activista ambiental, que ha omitido su nombre, de dice preocupado porque esta obra podría dar pie al principio de un final, el del Cerro Mactumactzá y sus ecosistemas. Paradójicamente, es ahí donde el gobernador y sus colaboradores celebrarán este domingo el día mundial de la tierra.
--------------------o0o-------------
0 Comments Received
Publicar un comentario