ISAÍN MANDUJANO

Fuente: http://proceso.com.mx/

En italiano en el blog de Mauro Corinti

http://www.maurocorinti.com/blog/2009/12/movimenti-campesinos.html

COL. 28 DE JUNIO, V. CARRANZA, Chis.- José Manuel Hernández Martínez, mejor conocido como Chema, líder de la Organización Campesina Emiliano Zapata -Región Carranza (OCEZ-RC) fue capturado por policías estatales el pasado 30 de septiembre.

Fue exhibido públicamente como un delincuente ligado al grupo de los sicarios Los Zetas, ligado al tráfico de armas, de drogas, de indocumentados, ligado a una banda de secuestradores llamada Los Pelones. Le desempolvaron 17 averiguaciones previas, la mayoría por invasiones de tierras.

Fue enviado al penal estatal de El Amate en Cintalapa y posteriormente hasta el penal federal de El Rincón en Tepic, Nayarit. La misma PGJE de Chiapas filtró supuestos "informes de inteligencia" a diversos medios impresos locales y nacionales para lincharlo mediáticamente y acusarlo como un gestor de un probable alzamiento armado en el 2010.

Finalmente, el mismo gobernador del estado, Juan Sabines le pagó la fianza y lo dejó en libertad el martes 24de noviembre. Hoy Chema dialoga y negocia con los representantes de Sabines en la vía pública, en la Plaza de la Catedral o Plaza de la Paz de San Cristóbal de Las Casas.

Señalado como agitador de un probable movimiento armado en el 2010 en Chiapas, Chema, sabía que tarde o temprano, por lo menos, volvería a caer en prisión, el peor escenario: que fuera emboscado y asesinado, como han caído muchos a su lado.

A lo largo de 25 años, desde que salió de prisión en 1984, amnistiado por el gobierno mexicano, Chema, cargó con la sospecha de los servicios secretos del gobierno federal, la Sección II de Inteligencia Militar y el Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (CISEN) siempre le han pisado los pasos.

Incursiones militares a plena luz del día, incursiones nocturnas de grupos de élite del Ejército en las montañas cercanas y sobrevuelos militares sobre su poblado se han hecho rutina en esta pequeña comunidad de 70 familias desde hace no más de 10 años.

Eso lo sabe Chema, por eso siempre andaba a salto de mata. Sabía que querían capturarlo. Sabía que el asesinato era el peor momento que podría ocurrirle. Algo que no le extrañaría cuando desde los setentas ha visto caer muerto a muchos de sus compañeros. Incluso muchos otros fueron desaparecidos.

“No que hayan desaparecido porque se fueron a la clandestinidad, a la guerrilla. No. Fueron desaparecidos por el gobierno”, acusa.


El líder de la OCEZ-RC sabe que siempre lo han ligado a grupos armados como ligado el Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo (Procup), el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y el Ejército Popular Revolucionario (EPR).

“Siempre me han ligado a grupos armados, antes me decían que era yo del PROCUP, luego me acusaban de ser del EPR. Siempre he cargado con ese estigma, pero nuestra lucha siempre ha sido la vía civil y pacífica, nunca la militar”, expone Chema.

Chema creció en una región donde todas las tierras comunales estaban en manos de caciques y hacendados que la explotaban por lo que en 1969 inició la lucha de los indígenas tostsiles por “recuperar” su tierras.

Recuerda que cada líder que nombraban era asesinado, por lo que luego tomaron la decisión de formar una dirección colectiva, pero tampoco eso frenaba los asesinatos perpetrados por guardias blancas o pistoleros de los terratenientes.

Refiere que las únicas ocasiones en que sus compañeros tomaron las armas, fue cuando se dieron cuenta que era necesaria para enfrentar a los pistoleros, en el marco de la recuperación de la tierra. Recuerda que antes de ello, tan pronto como tomaban las tierras que invadían llegaban las guardias blancas y a punta de balazos los echaban de ellas.

“Pero eran armas de bajo calibre, como la 22, armas de caza, jamás fueron armas de alto poder”, dice El Chema.

A los 20 años en 1975 se metió a la organización de activista, pegando volantes y otras actividades políticas. Pero no fue sino hasta 1976 cuando Chema se metió decididamente a la lucha social. Fue en ese año cuando el Ejército Mexicano atacó la Casa del Pueblo, sede de la OCEZ en este poblado.

Su padre -quien antes de ser líder de la organización fue un jornalero de una familia caciquil de apellido Albores en la región- Manuel Hernández de la Torre, tuvo que huir de la región y se convirtió en un perseguido político.

Tras ese operativo del Ejército, Chema estuvo 15 días arrestado en el 31 ZonaMilitar, pero fue liberado.

El Chema tiene ahora una vida muy austera en la comunidad 28 de junio, casi rayando en la pobreza, en una pequeña casa de tabiques de concreto. Lo poco que tiene dice, le basta para poder vivir y sobrevivir a sus 55 años.

Es en ese lugar donde se ubica la casa de Chema, un predio de 210 hectáreas llamado El Relleno, que invadieron en el año 2000 y tras algunos desalojos, con la mediación del gobierno del estado, por fin en el 2001 fueron compradas a la dueña para ser dotadas a unos 70 campesinos y sus familias de la OCEZ, a quienes también les construyeron sus casas para fundar el poblado 28 de junio.

Es su centro de arraigo, casi no salía de ese lugar hasta que fue capturado la mañana del 30 de septiembre por policías estatales ministeriales disfrazados de trabajadores de la CFE.

Era la cuarta ocasión que caía preso. En 1983 y luego en 1985, también fue recluido y acusado por despojo y otros delitos derivado de las invasiones de tierras que hacían a los caciques de la región.

Ahora el cacique más fortalecido en la región y al que ha tenido que enfrentar es Jesús Alejo Orantes Ruiz, amigo y aliado político del gobernador Juan Sabines Guerrero.

Orantes Ruiz, es el hijo de Carmen Orantes, un viejo cacique de horca y cuchillo que murió hace un año a los 97 años de edad y a quien le adjudican los campesinos haber hecho larga la lista de nombre y fotografías en el altar de la Casa del Pueblo.

Chema insiste que es esa rebeldía por enfrentar a los caciques y recuperar sus tierras es que los han ligado a grupos armados clandestinos y más recientemente los han acusado de estar ligados al narcotráfico, al tráfico de personas y otros delitos.

Refiere que la experiencias les había quedado y no querían optar por la vía armada, pues en 1973 muchos de sus compañeros se fueron a la clandestinidad en la Liga Comunista 23 de Septiembre, pero tuvieron una mala experiencia con la represión y tres de ellos siguen desaparecidos.

Señala que nunca ha tenido compromiso con grupo armado alguno, que sí, en los años ochentas indígenas que se empezaban a organizar en la selva los invitaron a participar en un movimiento armado que se gestaba, pero que nunca aceptaron la invitación por esa vía militar pero sí por la vía civil y pacífica.

Incluso , fue a invitación de ese grupo en la Selva que públicamente se conocía como Alianza Nacional Campesina e Indígena Zapatista (ANCIEZ), participaron en aquella marcha memorable de los 500 Años de resistencia indígena, negra y popular, el 12 de octubre de 1992 en San Cristóbal de las Casas.

Recuerda que fueron miembros de la OCEZ los que ese día derribaron aquella estatua del Diego de Mazariegos en el parque de Santo Domingo y que congeló en su emblemática imagen el fotógrafo Antonio Turok.

Dos años más tarde, Chema dice que sabrían que ese grupo con que el que actuaban por la vía pacífica era el EZLN, a quien luego apoyaron y siguen apoyando todos eventos políticos civiles.

“Decidimos no participar en el movimiento armado porque no teníamos la preparación ni la conciencia suficiente para resistir, porque había en ese momento demandar urgentes de las comunidades que se estaban muriendo de hambre, y el EZLN decían que la lucha por la tierra era perder el tiempo, ellos lo que querían era acabar con el gobierno y su Ejército, y luego ver lo de la tierra”, reseña.

“Con el EPR no hemos tenido contacto. Hace varios años, en los 80, a través de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala tuvimos contacto con el doctor Martínez Soriano, luego de su encarcelamiento nuestro compromiso fue luchar por su libertad, pero no había una relación más allá de eso, no pertenecimos al Procup. A partir de ahí dicen que somos parte pero no es así”, menciona Chema.

Capturado el 30 de septiembre, Chema fue llevado a prisión por cuarta ocasión. Estuvo unos días en el penal de El Amate y otros más en el penal de El Rincón, en Tepic, Nayarit.

En el intento por rescatarlo, sus compañeros sufrieron un accidente en la camioneta en la que viajaban y dos murieron y dejaron viudas y huérfanos, uno más sigue hospitalizado y con riesgo de discapacidad alguna permanente.

Fue la presión política de sus compañeros, de otras organizaciones sociales y organismos internacionales que por fin hicieron que el gobierno de Chiapas cediera y los liberara el pasado martes 24 por la madrugada.

A Chema lo acusaron de tener ligas con Los Zetas, con una banda de secuestradores llamado Los Pelones, con tráfico de drogas, con el decomiso de un arsenal.

Incluso el gobierno filtró a medios y periodistas supuestos “informes de inteligencia” en el que se le acusaba de ser un peligroso personaje que preparaba ataques para el 2010.

“Policías de Chiapas, me llevaron a la cárcel de Tepic, el periódico Reforma donde salió algo por demás difamatorio y me dijeron que viera lo que había salido publicado y que con eso me iban a chingar”, recuerda Chema.

La campaña dice fue muy intensa contra él y su organización, pero finalmente quedó libre, junto a dos más de sus compañeros que también fueron capturados, José Manuel Hernández de la Torre y Roselio de la Cruz González.

Pero al salir de prisión, Chema no se siente doblegado y se ha sumado a sus compañeros que siguen en plantón en la plaza de la catedral de San Cristóbal de Las Casas y otro grupo en poder de las oficinas del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Ahora han planteado acercarse al gobierno y negociar. Para ello han expuesto hasta una mesa de diálogo con mediadores como el obispo Samuel Ruiz.

Pero sobre todo piden el cancelación de las 11 órdenes de aprehensión contra sus compañeros y las 17 averiguaciones previas que dicen pesan contra Chema, todos por delitos derivados de las tomas de tierras.


Chema dice que si el gobierno quiere prevenir un levantamiento armado en el 2010 debe erradicar la pobreza y la marginación, atender las demandas sociales de las organizaciones sociales, resolver el problema agrario, porque a 100 años de la Revolución Mexicana las demandas siguen vigentes.

Y con que “con la represión, el gobierno no resuelve nada, solo provoca a los grupos inconformes” que dicen han empezaron a manifestarse a lo largo y ancho del estado y del país.

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