Comitán de Domínguez Chiapas, Chiapas, Septiembre 24 de 2009


A LA SOCIEDAD CIVIL EN GENERAL
A LOS ORGANISMOS DEFENSORES DE LOS DERECHOS HUMANOS
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN


Las organizaciones signatarias hacemos una denuncia pública de lo ocurrido el pasado 18 de septiembre a 10 kilómetros, aproximadamente, de la ciudad de Comitán de Domínguez, Chiapas.

Un retén policiaco-militar abrió fuego a una camioneta que transportaba migrantes de las siguientes nacionalidades: dos salvadoreños, dos ecuatorianos y tres más de quienes se desconoce su nacionalidad, ya que huyeron del lugar. El resultado: un migrante salvadoreño muerto y tres heridos de gravedad, de los tres migrantes que huyeron del lugar, se desconoce su estado de salud.

Nos gustaría referir los hechos en las palabras de uno de los dos migrantes ecuatorianos que actualmente se encuentra en el Hospital Regional de Comitán, custodiado por efectivos del Ejército mexicano día y noche desde que ingresaron los migrantes heridos:

“Nosotros llegamos allá, entramos por un lugar que se llama Gracias a Dios, que no sé dónde está, pero sé que ya es frontera de Guatemala con México. El pollero de Guatemala nos pasó con el pollero de México y ya de ahí nos subimos a una camioneta que nos dejó en un lugar; ahí nos bajamos y caminamos una hora y media, hasta que llegamos a un monte y ahí nos echamos hasta que anocheciera. Ya de noche llegó otra camioneta, nos subimos y nos acostamos para que no nos viera nadie; ahí como pudimos nos acomodamos y comenzamos a andar. Como cuarenta minutos después, el pollero dijo que había un retén; yo no vi nada, levanté un poco la cabeza y pude ver a cuatro personas afuera. El pollero bajó la velocidad y escuché que le dijeron que se parara y cuando se acercó más al retén, aceleró; seguimos y avanzamos un poco y nos alcanzaron y comenzaron a disparar; yo sólo me encogí y le pedí a Dios que me sacara vivo. Empezaron los disparos, muchos disparos, y yo sentí cómo me entró un disparo, aquí en la espalda. La camioneta siguió andando y escuché cómo el pollero le dijo a otro con el que venía que manejara. Seguimos como 15 minutos por el monte hasta que sacó mucho humo y la llanta del lado donde yo iba se bajó y ya no pudo seguir la camioneta. Yo me sentí aliviado cuando paró la camioneta, porque a todos nos habían dado, había mucha sangre y todos nos hubiéramos muerto si hubiéramos seguido, y los que pudimos nos salimos de la camioneta y nos quedamos tirados en el monte; otros tres se fueron entre el monte, iban heridos también; yo caminé un poco hasta un camino donde una hora después pasó una camioneta con policías vestidos de negro a los que les hice una señal para que vinieran y los llevé a donde estaban todos tirados. Comenzaron a ver a todos y poco tiempo después llegaron otros, que eran militares, porque estaban vestidos de verde, así, camuflajeados, y a todos nos comenzaron a pegar con sus armas. Así, viendo que estábamos todos heridos y no podíamos hacer nada nos empezaron a gritar y a amenazar que quiénes éramos. A mí me dieron con la parte de atrás del arma por donde me había entrado la bala; me caí y después llegó la ambulancia y nos empezaron a recoger. Yo me desmayé y ya desperté aquí en el hospital... ya no me acuerdo de más, la impresión, no sé, ya no me acuerdo de más...”

El cobijo de los gobiernos federal y estatal hacia estos agresores “oficiales” es motivo de indignación y sospecha, pues hasta el día de hoy no han recibido ningún castigo por esta acción siniestra que atenta contra la vida y los derechos humanos fundamentales de las personas migrantes. Justifican este hecho como una medida ante el riesgo que corren al enfrentarse a la “delincuencia organizada”.

En relación directa a la situación sistemática de violación de los derechos humanos de los migrantes, perpetrada por funcionarios públicos, cuerpos policiacos y de seguridad a lo largo de la Frontera sur, el pasado mes de junio de 2009, el gobernado Juan Sabines Guerrero, afirmó textualmente lo siguiente: “Con el Gobierno del presidente Felipe Calderón, México ha transformado y humanizado su política migratoria..., sobretodo, con una nueva política basada en el respeto a los derechos humanos, a ello nos hemos sumado los chiapanecos... Cada vez son menos las autoridades que trastocan los derechos de los migrantes. Hoy a quien lastima a un migrante en su honor o en su persona en Chiapas le llamamos delincuente”.

En referencia a esta declaración oficial en favor de la protección y el trato humanitario de los migrantes, exigimos congruencia, “hechos, no palabras” que hagan realidad el discurso de nueva relación y trato hacia las personas migrantes, que en busca de la sobrevivencia de sus familias se ven forzadas a cruzar esta Frontera sur y recorrer el territorio nacional.

No podemos dejar pasar por alto estos hechos, cuya gravedad reclama acciones efectivas de reparación y justicia para las víctimas, tanto a los migrantes que aún se encuentran hospitalizados, como para la familia del migrante fallecido, en concordancia con las leyes nacionales y los instrumentos internacionales suscritos por el gobierno mexicano en torno a los derechos humanos de los migrantes que transitan por el territorio mexicano.

De igual modo, las acciones de justicia deben considerar el castigo ejemplar para quienes violan los derechos humanos de las personas migrantes, cuando su función debiera ser la de brindarles protección y seguridad; y en este caso particular, para quienes han violentado el derecho más fundamental de las personas que es el derecho mismo a la vida.


Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción ALOP
Enlace, Comunicación y Capacitación A.C, Chiapas
Formación y Capacitación A.C,, Chiapas
Trabajando juntas por Chiapas, A.C
Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, Chiapas
Centro de Derechos de la Mujer de Chiapas
Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, Chiapas
Hogar de la Misericordia, Padre Heyman Vazquez y Carlos Bartolo Solis, Chiapas
Consejería de Proyectos Sociales, Guatemala
Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. El Salvador
Juan de Dios García Davish, periodista independiente
Eduardo González, periodista independiente