+ Documentos de Desplazados

Fideicomiso para la Salud de los Niños Indios de México

Informe sobre desplazados por el conflicto armado en Chiapas

La infancia de los pueblos indios de México es el sector de nuestra población en el que se cometen las mayores violaciones a los derechos humanos y constitucionales, en particular a los de la alimentación, salud y educación, así como los emanados de los Tratados y Convenios Internacionales y la Cumbre Mundial de la Infancia convocada por la UNICEF. Su situación requiere de acciones de urgencia alimentaria y sanitaria.

La Secretaría de Salud reconoce que en nuestro país mueren al año 42 mil niños por causas evitables. Si esta es la cifra reconocida oficialmente, es de temerse que cantidad real sea mucho mayor. Los gobiernos tanto federal como estatales de nuestro país parecen ignorar que la niñez indígena de México tiene derechos cuyo cumplimiento es prioritario, y que mientras no se evite que ningún niño mexicano muera a causa de la desnutrición, no podremos decir que somos un país justo y democrático.

Carol Bellamy Directora Ejecutiva de la UNICEF, expuso en mayo del 2002, que en las comunidades indígenas se encuentran los indicadores más altos de enfermedades y mortalidad infantil.

La falta de agua potable o su total carencia, la ausencia de una dieta que contenga la mínima cantidad aceptable de nutrientes, las nulas condiciones higiénicas y sanitarias aunadas a la imposibilidad de disponer de una vivienda digna, merman seriamente la salud causando enfermedades que llegan a ser mortales como: gastroenteritis infecciosa, bronconeumonía, insuficiencia respiratoria, todo a causa de la desnutrición.

La desnutrición severa en los lactantes y menores de cinco años tiene efectos profundos, produce daños permanentes e irreversibles, afecta su fuerza física, disminuye su resistencia a las enfermedades y reduce sus capacidades intelectuales.

Mientras más niños mueren, más niños nacen, en condiciones cada vez peores.


Preocupados por esta situación, en el año de 1990 Ofelia Medina, Francisco Toledo, Yolanda García y de Montanaro y Juan Pérez Amor, fundaron el Fideicomiso para la Salud de los Niños Indígenas de México, “Fideo”, organización autónoma, que se ocupa en generar acciones para lograr que en nuestro país se conozcan, respeten y cumplan los Derechos de la Infancia de los Pueblos Indios de México, así como en crear programas y proyectos en conjunto con organizaciones indígenas dedicadas a la salud y a la recuperación del amaranto como fuente protéica ideal, que es originaria de nuestro país.

En 1990 realizamos el Primer Diagnóstico de Salud de la Niñez Indígena de México con datos obtenidos en 600 de los 1,200 Albergues Escolares para Niños Indígenas, que la Secretaría de Educación Pública y el Instituto Nacional Indigenista tenían a su cargo. El estudio reveló que el 87% de los niños y niñas presentaban desnutrición Crónica adaptada, que se refleja en talla corta y disminución del peso, ninguna niña mayor de 10 años presentaba el peso y la talla considerados normales.

Basados en uno de los programas para comunidades rurales en situación de emergencia alimentaria del Instituto Nacional de la Nutrición, el “Fideo” diseñó el “Programa de Nutrición para Comunidades Indígenas”, que se puso en práctica desde 1992 en regiones de muy alta marginalidad en los estados de: Yucatán, Veracruz y Oaxaca. Este Programa con sus variantes es el que actualmente realizamos, en los campamentos de desplazados de Chenalhó, Chiapas.

En su práctica, el “Programa de Nutrición” consiste en la aplicación del PAC (Alimentación Complementaria) y PAT (Alimentación Terapéutica), y tiene como guías a mujeres bilingües de la localidad, capacitadas previamente en el manejo de materiales orales en lengua indígena, y en la instalación y funcionamiento de cocinas colectivas, en las que previo acuerdo con las autoridades locales se trabaja en talleres, se proporciona información y seguimiento nutricional.

En las cocinas, todas las mujeres gestantes y lactantes y los niños menores de cinco años, reciben diariamente una ración de un atole que aporta 180 kilocalorías (kcal) y 7 gr. de proteína a su dieta. La bebida es uno de los componentes del PAC es una mezcla de 25 gr. de un polvo de alta densidad energética (110 kcal) y proteica (6 gr.), 10 g de avena o arroz y 15 gr. de azúcar en 250 ml de agua limpia. Si a este atole se le aumentan 20 gr. de amaranto brotado, se enriquece notablemente en su aporte proteico.

El PAT se aplica cuando alguna mujer o niño presenta un peso menor al 75% del esperado. El objetivo es proporcionar diariamente 300 kcal y 10 gr. de proteína adicionales a cada caso diagnosticado. La estrategia que se sigue consiste en considerar como de alto riesgo a la familia para proporcionarle una despensa quincenalmente.

A partir del alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994, el “Fideo” ha realizado acciones encaminadas a mejorar las condiciones de vida de la infancia de algunas comunidades zapatistas, hoy día y desde 1998 estamos en los campamentos de desplazados de Chenalhó.

Existen más de 12 mil desplazados internos de guerra zapatistas, más de 6 mil de ellos en Chenalhó.

El 35 % de la población total de desplazados son mujeres embarazadas y/o lactantes, niñas y niños menores de cinco años, ellos son en este conflicto los más vulnerables y vulnerados. Más de 11.2% de los niños que nacen en los campamentos de desplazados, mueren antes de cumplir los cinco años.

El Comité Internacional de la Cruz Roja, cuyo mandato de 1998 era cubrir el 80% de las necesidades alimentarias de la población desplazada de Chenalhó, (objetivo nunca cumplido a cabalidad, por la carencia de proteínas en sus raciones), a partir del año 2001 redujo a la mitad y posteriormente a la cuarta parte, la cantidad de alimento que debía proporcionar.

En diciembre de 2003 esta ayuda dejó de llegar. La suspensión del apoyo alimentario ha ocasionado severos daños a la salud materno-infantil y nuestros reportes recientes arrojan un incremento alarmante en la desnutrición severa que ascendió al 10.4%, mientras que la leve y moderada llegó al 46.6%, la crónica adaptada descendió al 36% y sólo el 7% de los menores tuvo un peso normal para su edad.

Las demandas de los desplazados que hemos hecho nuestras son:

1.-Cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés

2.- Que los gobiernos estatal y federal, creen condiciones para asegurar el retorno a sus comunidades de origen.

3.- Pago de pérdidas, indemnización y reparación de daños.

4.- Castigo a paramilitares.

Mientras sus demandas se cumplen podemos como sociedad civil organizada hacer que las condiciones de vida de los desplazados zapatistas sean menos difíciles y dolorosas. Es necesaria la instalación de cocinas colectivas en todos los campamentos de desplazados zapatistas de Chiapas en donde 4200 mujeres y niños reciban un Alimento Complementario y Terapéutico.

Para instalar, equipar, mantener las cocinas, cubrir los sueldos y viáticos de las seis nutriólogas, chofer, traductores, administración de nuestra oficina en San Cristóbal, gasolina, alimentos (mensualmente para 1500 personas: 1.5 ton. de Alimento Enriquecido, 1.5 ton. de amaranto, 750 kg. de avena, 750 kg. de arroz, 500 kg. frijol, 750 kg. de azúcar en panela), gas, jabón ecológico, contenedores de agua, herramientas, así como la capacitación de las nutriólogas locales y otras asesorías, etc., hemos contado con donativos de mujeres y hombres que se privan de gustos por no dejar solos a los que con su rebeldía nos dan ejemplo y dignidad.

También han contribuido a nuestra labor: La Fundación France Libertée, la Fundación Alejandro Díaz, la Fundación Cantinflas, Médicos del Mundo Francia, Médicos del Mundo España, Doris Palvio (Dinamarca). Y artistas como: Martha Chapa, Carmen Parra, Emiliano Gironella, Francisco Toledo, Joy Laville, Isidro Martínez Colín, Tepito Arte Acá, Lucía Maya; Vicente Gandía y muchos otros; la comunidad artística es parte activa de nuestro ser.

NO LOS DEJEMOS SOLOS, PARTICIPEMOS EN “LAS JORNADAS DE ALEGRÍAS” PARA EXTENDER LOS PROGRAMA DEL “FIDEO” A TODOS LOS DESPLAZADOS INTERNOS DE GUERRA ZAPATISTAS.

Comprométete, si 3000 personas como tú, depositan 100 pesos mensuales, lograremos que nuestro Programa comprenda a todas las mujeres gestantes y lactantes, niñas y niños menores de cinco años, ancianos, estudiantes de primaria y sus promotores en todos los sitios donde hay desplazados zapatistas en Chiapas; así su resistencia se transformará gracias a tu participación en “Las Jornadas de Alegrías” de amaranto y compañía.

Según los Principios Rectores de los Desplazamientos Internos de la ONU, se entiende por desplazados internos, forzados o de guerra, las personas o grupos de personas que se han visto forzadas u obligadas a escapar o huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual, y que no han cruzado una frontera estatal internacionalmente reconocida, para evitar los efectos de un conflicto armado, de situaciones de violencia generalizada, de violaciones de los derechos humanos, de catástrofes naturales o provocadas por el ser humano.

Es necesario el reconocimiento de la identidad “desplazado interno de guerra” como una realidad producida en medio de un conflicto armado, como un hecho de violación de los derechos humanos, del Derecho Internacional Humanitario y como una falta de responsabilidad y de eficiencia del Estado en su deber de cumplir con su obligación de protección de las ciudadanas y los ciudadanos desplazados. Las autoridades federales y estatales pretenden despojar a los desplazados zapatistas de los derechos que constitucional e internacionalmente les pertenecen, al referirse a ellos, como “autodesplazados”, o en el caso de Chenalhó “reubicados”.

El derecho del desplazado a la protección especial, consiste en: Respeto y asistencia para la vigencia de los derechos a la vida; dignidad; integridad física, mental y moral; libertad; circulación y elección de nueva residencia; búsqueda de protección, refugio o asilo; conocimiento de destino y paradero de familiares; unión, reunificación y reencuentro familiar; intimidad, privacidad y vida familiar; protección y acceso a los restos mortales de familiares; nivel de vida adecuado; goce y ejercicio de personalidad jurídica; propiedad e integridad de los bienes; igualdad de trato y goce de derechos que los no desplazados; educación; protección especial a enfermos, heridos, discapacitados, y a grupos vulnerables como niños, mujeres, madres con hijos pequeños, embarazadas, cabezas de familia y personas de edad. Asistencia y acceso garantizado a la asistencia humanitaria. Reparación de los daños causados equiparando en la mayor medida posible a la situación anterior al desplazamiento. El Estado Mexicano es el responsable del desplazamiento forzado, es violador de los derechos humanos y colectivos (económicos, sociales, culturales), políticos y civiles de la población desplazada, porque hasta ahora no ha cumplido sus compromisos constitucionales, además de las obligaciones que le impone el derecho internacional, incluidos los derechos humanos y el derecho humanitario. El Secretario General sobre los desplazados internos, Sr. Francis Deng, dirigió al Gobierno de México a principios de Enero del 2003, una serie de recomendaciones para la atención del problema del Desplazamiento Forzoso.

Desde que el relator dio a conocer las recomendaciones, no se han tomado medidas concretas para cumplirlas, dado que la situación de las familias desplazadas a la fecha sigue siendo la misma y en algunos casos se agrava, pues las condiciones de vida se deterioran por el transcurso del tiempo.

Entre las recomendaciones, se encuentra la adopción y aplicación de políticas por parte del Gobierno Mexicano, enfocadas a la protección frente a los desplazamientos forzosos, protección y ayuda en situación de desplazamiento y el retorno voluntario, el reasentamiento o la integración local de los desplazados de un modo seguro y digno, para reintegrarse y recuperar un modo de vida que les permitiera mantenerse, así como tener acceso a la tierra.

En cuanto a la Protección, el relator sugiere que el Gobierno frene los continuos actos de intimidación y hostigamiento por parte de grupos paramilitares.

En conclusión de acuerdo a las recomendaciones del Sr. Deng es necesario tomar medidas efectivas para garantizar el acceso a la tierra a los desplazados, respetando a los grupos que solicitan la reubicación con condiciones de seguridad y respeto a su dignidad y la atención para el resarcimiento de derechos de manera integral.

¿Qué es el FISANIM?

Fideicomiso para la Salud de los Niños Indios de México (FISANIM)

El Fideicomiso para la Salud de los Niños Indios de México es una Asociación Civil que tiene como misión ser parte, contribuir a encontrar soluciones a los principales problemas que afectan a la niñez indígena para mejorar su salud y capacidad creativa, mediante el reforzamiento de la capacidad autogestiva de las propias comunidades. En abril de 1989, a raíz de un brote de sarampión en comunidades rurales, se fundó el FISANIM, por iniciativa de Ofelia Medina y Yolanda García y de Montanaro. Ellas, el doctor Juan Pérez Amor y el pintor Francisco Toledo fundaron en 1990 el FISANIM. Profesionales involucrados en temas indígenas y de la salud, conformaron el Comité Técnico, con el propósito de con los conocimientos de las comunidades y de sus miembros hacer propuestas en favor de la infancia de los Pueblos Indios.

El FISANIM, A.C. actúa desde la sociedad civil promoviendo un mayor conocimiento de la problemática, con el diseño de una metodología que emana de las necesidades y el autoanálisis de las propias comunidades, para promover respuestas eficaces a sus problemas, y gestionando la asignación de recursos para solucionar las carencias más urgentes de la niñez indígena: nutrición, creatividad, atención integral a la salud, agua potable, saneamiento ambiental, educación y vivienda.