La Red Latinoamericana contra los Monocultivos de Árboles (RECOMA) denuncia por este medio los graves atropellos sufridos por distintas comunidades de la Selva Lacandona, en la zona declarada reserva de biosfera Montes Azules, en el Estado de Chiapas, México.
El pasado mes de enero, el Congreso del Estado de Chiapas aprobó la financiación para la construcción de una planta procesadora de aceite de palma. Poco tiempo después, decenas de familias en el municipio de Ocosingo fueron desalojadas de su territorio, que se utilizará para expandir los monocultivos de palma africana.
Decenas de policías fuertemente armados llegaron a la selva en helicópteros y mediante agresiones violentas sacaron de sus casas a hombres, mujeres, niños y niñas, quemaron sus viviendas y sin ninguna explicación los trasladaron a la ciudad de Palenque.
Mientras el gobierno realiza discursos sobre la conservación de la zona y su protección, expulsa a los verdaderos responsables de que dicha conservación haya sido posible hasta el momento, al tiempo que sustituye los ecosistemas locales por monocultivos de palma africana.
Las plantaciones de palma aceitera se promueven bajo un disfraz “ecológico”, como si la producción de agrocombustibles derivados del aceite de palma pudiera ser una solución frente al cambio climático. Aparte de la falsedad de tales afirmaciones, se omite toda mención a los gravísimos impactos que generan, como la violación de los derechos humanos de poblaciones locales y pueblos indígenas, tal como está aconteciendo ahora en Chiapas.
Además, los monocultivos de palma aceitera son una de las principales causas de deforestación y por ende agravan el cambio climático a través de la emisión del carbono almacenado en los bosques, destruyen los medios de subsistencia y la soberanía alimentaria de millones de pequeños agricultores, pueblos indígenas y otras comunidades y generan graves impactos ambientales. Requieren de productos agroquímicos que envenenan a los trabajadores y a las comunidades locales, y contaminan los suelos y el agua. Los monocultivos de palma aceitera eliminan la biodiversidad y agotan el agua dulce.
En definitiva, los monocultivos para papel y agrocombustibles (como lo es el caso de lapalma aceitera) agravan las condiciones de vida y supervivencia de las poblaciones locales y solo son beneficiosas para un puñado de empresas que se enriquecen a costa de la destrucción social y ambiental.
Por esta razón hacemos un llamado a la comunidad internacional a condenar los planes de expansión de los monocultivos de palma en México, denunciando esta situación por todos los medios a su alcance.
Llamamos además a adherir y participar activamente en el próximo Foro Social de los Montes Azules, por la defensa del derecho a la vida y el territorio que se realizará los días 5 y 6 de marzo en el Ejido Candelaria, Municipio de Ocosingo, Chiapas, corazón de los Montes Azules.
Fuente: http://www.rel-uita.org/agricultura/palma_africana/recoma_comunicado-1.htm
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