BIENVENIDOS A CIUDAD TRACTOR

Por Luis Daniel Pulido

La rata malhechora que se come el cereal del pobre, que devora recién nacidos arrojados a los baldíos, parece interrogarme: ¿soy peor que tú?

José Emilio Pacheco

Uno piensa que conoce bien su ciudad, su cultura y planeación voluntaria, su modernidad o inscripciones en piedra, vamos, los epicentros de su democracia y hasta de dónde viene el maíz, “la mota”, sus verduras. Uno hasta se dispone a renunciar a la autonomía financiera y elegir cualquiera de los programas pilotos del gobierno para apelar por el zapping étnico, el aburguesamiento rural; abrevar de la tradición, tan necesitada de humor y sentido. Y ahí está, a la vista de todos, con mil tractores para apoyo al campo, que de tan industrial y comercial tiene más deudos que afortunados.

Quizá se necesiten centros de investigación para entender el rezago en Chiapas, pero eso que es obvio y que no nos permite ni recuperar o ganar, es que la construcción del canon reflexivo que se difunde nunca se ha deslindado de los criterios con lo cual se ejerce el poder político, que a su vez propone, define, pinta y esculpe el aguijón de nuestra “idiosincracia intelectual”.

Entre un periodismo de fanfarrias y un gobernador omnipresente, los nuevos ciudadanos del mundo van en su tractor a despojar de comida y propiedades a esa “minoría” que no se adapta al sistema y que, por consecuencia, no garantiza productos de calidad.

En esta pequeña patria jamás se ha descentralizado la identidad política, la que considera únicamente la filantropía gubernamental, el despilfarro de juicios –todos afines- de lo que procede: una docena de elotes para aliviar el calor del planeta.

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

http://laligadelajusticiademoliendohoteles.blogspot.com/