Basta, no lo van a seguir tolerando. Eso es lo que se piensa dentro del gobierno federal luego de que el gobernador de Chiapas, Juan Sabines, porque no le gustó que hubiera críticas en los medios de la capital mexicana por su forma de actuar en el brote de la epidemia de la influenza humana, decidió que la forma de responder equitativamente era llamando mentiroso al secretario de Salud, José Ángel Córdova.

Sabines y su equipo dicen que sí miente Córdova y que no les informó ni colaboró en nada con ellos.

La realidad, cuentan en el Distrito Federal, es muy diferente.

En su hospital epidemiológico, considerado el más avanzado del país, descubrieron recientemente que todo un piso estaba cerrado, con el equipo echándose a perder.

Es decir, se estaba incurriendo en un subejercicio presupuestal.

Luego, agregan, le pidieron que tomara precauciones por el brote y cerrara unas escuelas, pero al estilo Sabines, los mandó a volar y dijo que él no iba a ahuyentar al turismo.

Esto fue cuando sólo había contagios. Cuando publicó su desplegado ya iban 10 muertos y para mediados de esta semana,nos informan, ya suman 15. "Los vemos a exhibir", dijo un funcionario de Salud. "Le vamos a sacar todas las cosas", amenazó.