Pretende organizar un plan de lucha regional frente al proyecto económico neoliberal

Efectúan en Chiapas foro Resistencias y Alternativas

Retomará la exigencia popular de poner freno a las altas tarifas por el suministro de electricidad

Hermann Bellinghausen

Enviado

LA JORNADA

17 DE JULIO


San Cristóbal de las Casas, Chis., 17 de julio. Organizaciones y grupos de resistencia civil en la zona norte del estado, adherentes de la otra campaña, realizarán este fin de semana el Foro Regional Indígena de Resistencias y Alternativas, en la comunidad Arimatea, municipio de Palenque. Entre las diversas luchas que los reúnen destaca la resistencia a las altas tarifas de energía eléctrica. Todos participan en una protesta que se ya extiende por buena parte del país.

Un reciente estudio del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (Ciepac) ponía en perspectiva estas resistencias, cada día más extendidas a pesar de los programas paliativos del gobierno: En Chiapas se registran las tarifas de electricidad más altas para las comunidades indígenas y campesinas.

Particularmente estos días, la detención, y ahora formal prisión de cinco activistas contra las tarifas eléctricas en Candelaria, Campeche, por denuncia penal de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ha galvanizado dichas resistencias y despertado la solidaridad de organizaciones de varios estados.

El objetivo inmediato del foro es conocernos las bases de las comunidades para compartir experiencias y organizar un plan de lucha alternativo regional frente a los planes del proyecto económico neoliberal, según los convocantes.

A ello se suman objetivos estratégicos: organizarnos para unir nuestra lucha con otros sectores a nivel regional, estatal y nacional, para ir construyendo un nuevo modelo de país donde tengamos una nueva Constitución, dignidad, democracia, justicia, paz y libertad para todos los mexicanos y mexicanas.

Los temas del encuentro

En el foro se discutirán al menos seis temas: las altas tarifas de energía eléctrica y la resistencia civil; el proyecto de la supercarretera San Cristóbal-Palenque y las resistencias a dicha obra; los proyectos ecoturísticos anunciados para la región; reconversión productiva, producción transgénica y soberanía alimentaria, así como proyectos alternativos para defender la tierra, el territorio y el ambiente.

La pregunta de los movimientos de resistencia civil que aspira a ser despejada en Arimatea es: ¿qué hacer para resistir juntos?, sobre todo ante la creciente persecución a sus luchas.

El citado estudio apuntaba: Chiapas es el estado mexicano con mayor producción de energía hidroeléctrica. La cuenca del río Grijalva (Angostura, Chicoasén, Malpaso y Peñitas) en 2006 representaba 45 por ciento de la capacidad total en operación. De ella, en Chiapas sólo se consume uno por ciento. El resto se distribuye nacionalmente o se exporta a precio preferencial a Estados Unidos, Belice y Guatemala. Como paradoja, en el estado aproximadamente 275 mil personas no tienen acceso a la energía eléctrica.

Según la Secretaría de Hacienda estatal, de más de un millón de usuarios, 427 mil 420 se encuentran en resistencia al pago, lo que representa 40 por ciento.

El amplio análisis de Ciepac (Norma Iris Cacho Niño y Antoine Lambert Amico: boletines 569 y 570, diciembre de 2008) recuerda que muchas comunidades indígenas y campesinas de Chiapas llevan más de 15 años en resistencia al pago de la energía eléctrica, ya que las tarifas han alcanzado cifras imposibles de pagar.

Desde 1994, el descontento que ya existía se generalizó en gran parte de los municipios chiapanecos, y actualmente varias de estas comunidades confluyen en la Red Estatal de Resistencia Civil La Voz de Nuestro Corazón, en un proceso de resistencia civil organizada principalmente en torno a la defensa de la energía eléctrica, uno de los últimos recursos públicos, todavía, en México.

Como parte de un proceso organizativo más allá del simple no pago a la luz, las comunidades de la red han buscado apropiarse de un servicio para los pueblos y ya no depender de la CFE. El análisis advierte: Las comunidades saben, y lo afirman en su accionar cotidiano, que la energía eléctrica no es propiedad del gobierno, ni de los funcionarios, ni de las empresas privadas. La luz es propiedad de los pueblos de México.

http://www.jornada.unam.mx/2009/07/18/index.php?section=politica&article=015n1pol